Reconozco que me ha costado leer el escrito de Kaiser, pero para nada he interpretado que haya perdido su fe. No sé cuál sea su práctica religiosa pero es lo de menos cuando se conoce el calibre de su envergadura humana y espiritual.

A mí me ha ayudado que nos haga caer en la cuenta de la paradoja que supone el Cristianismo, toda la vida de Jesús y su Mensaje. No creo que se pueda comparar con la “paradoja opusina”, que no es tal sino mentira, esquizofrenia, un pretender compaginar lo blanco y lo negro a la vez, ser libre y vivir esclavizado en un mismo instante, amar y ser indiferente…  consiguiendo que hasta el ser más fuerte psicológicamente se venga abajo, destrozado con los años...

Hay ejemplos a millones en esta web de esa esquizofrenia, que no realiza como persona y menos santifica. Más bien lo que consigue es en el mejor de los casos niños inmaduros con muchos años de edad que viven ajenos a la realidad del mundo, y en el peor de los casos cadáveres ambulantes, gentes despersonalizadas, desnortadas, con el espíritu seco, sin alegría, sin vida, enfermos  o muertos aunque respiren y asistan cada semana al círculo breve. Por eso Numerariactual, la mayoría de los enfermos mentales en la obra no son tales, son gentes destrozadas por la esquizofrenia de vida que os obligan a vivir. A mí me duele oír lo que dices. Es perverso destrozar a una persona y luego pasar a decirle que Dios le quiere inútil, con una enfermedad crónica. ¡Cuánto daño hace creer eso!

El Cristianismo es precioso, da respuesta a las inquietudes más hondas del alma humana. Ni la jerarquía de la iglesia ni la obra han entendido nada de esa bendita paradoja, aunque pueda parecer muy soberbio por mi parte. A las dos les vale todo -lícito e ilícito, moral e inmoral- para edificar un gran reino en este mundo, un reino poderoso y manipulador. Del Reino de los Cielos (aunque me resulte anacrónica esa expresión) ni se sabe!! Ese Reino resplandece en el silencio, en la humildad, en la pobreza, en la enfermedad y lo defectuoso, en la inocencia y simplicidad, en lo sencillo y transparente, en al dar y compartir, en el amar sin límites  y a todos. ¿Alguien ha visto estos valores en el Opus Dei?. Yo en la institución radicalmente NOOOO.

Me da cierta pena que Kaiser, o así lo he entendido yo, mire con pesimismo y resignación el triunfo de ese Reino y lo sitúe en un futuro. Yo no lo veo así. El Reino de Dios está ya aquí, y su seña es la PAZ. La Paz que Dios da es un Bien que no se puede comparar con nada. Y tú sé que la tienes porque te mueve la verdad, el bien, el amor… pero no eres de piedra.

Duele ver cómo parece que vale la pena mentir para conseguir los propios intereses soberbios, ajenos a cualquier plan divino.

Creo que nos va muy bien ahondar en la paradoja divina, y lo digo para mí misma, que pierdo el norte fácil, y llenarnos de honda paz al saber que  la lógica divina es la más sabia y merece la pena intentar sumergirse en ella para entenderlo todo y ser verdaderamente felices y plenos.

De todas formas la indignación también puede ser santa. A raíz de un libro recién publicado por Stéphane Hessel y que se titula así “Indignaos”, en el que trata de la crisis económica y social que está viviendo el mundo,  el filósofo Jose Antonio Marina decía precisamente que la indignación hace referencia a la reacción cuando se ve amenazada la propia dignidad o la de otras personas. Que siempre nuestra indignación sea así de digna!  

Animo Kaiser y un fuerte abrazo.