La perversión del lenguaje.- José Antonio
Fecha Sunday, 30 May 2004
Tema 070. Costumbres y Praxis


LA PERVERSIÓN DEL LENGUAJE

La perversión de las ideas da lugar con frecuencia a la perversión del lenguaje. Y esto ocurre también en el opus.

Leo el Vademécum de los Consejos Locales, en su comienzo (1. Discernimiento de la vocación) y observo que dice cosas que no se ajustan a la realidad que yo viví. Pero no me extraña, porque en el opus existe una perversión del lenguaje que impide confiar en la literalidad de lo que se dice y obliga a revisar constantemente si las palabras que se utilizan al explicar algo significan "lo mismo que para todo el mundo" o si, por el contrario, significan "lo que los del opus han decidido que signifiquen de puertas para adentro".

Eso explica el hecho de que el Vademécum esté redactado en términos que parece que hubiera una cola de gente a las puertas del opus que espontáneamente quisieran entrar en la institución... porque -supuestamente- "sienten" su posible vocación... "pretenden" venir a la Obra..., y "desean" solicitar la Admisión"...

Parece que tuvieran que decir... "GUARDEN COLA, POR FAVOR..."

Y no es esa la realidad.

LA REALIDAD es que la gente "tratada" por los chicos/as de la opus, espontáneamente no siente vocación, ni pretende entrar en la opus ni desea solicitar la Admisión. Lo que siente, sin duda alguna, es la INCANSABLE PERSECUCIÓN PROSELITISTA, el acoso, la inducción y la coacción. De manera que cuando alguien solicita la Admisión, en general, ya no lo hace con libertad sino "agotado" de tanto huir, física y psicológicamente de los del opus y del supuesto mensaje divino según el cual o entras o le estás dando la espalda a Dios...

Cualquiera que haya sido del opus ha podido apreciar la mencionada perversión del lenguaje, los dobles significados -incluso contradictorios- y los significados especiales que el opus atribuye a algunas palabras para uso interno.

Por ejemplo, dentro del opus la palabra "COACCIÓN" fue de las primeras que se pervirtió, porque previamente se había pervertido su significado. El concepto de coacción dejó de entenderse como un atentado contra la libertad de las personas, y adquirió la bondad de una virtud: La santa coacción... con la que el opus pasa por encima de la libertad de las personas y, partiendo de una interpretación evangélica poco clara -obligadlos a entrar...- "las obliga" a hacer cosas que no quieren mediante una coacción psicológico-religiosa convenientemente orquestada, y de la que nada se dice en el Vademécum porque "se da por supuesta"...

Otro ejemplo. Se nos decía en el opus que teníamos vocación de "CRISTIANOS CORRIENTES"... pero la realidad era muy distinta. Tanto que según dicen en el Vademecum:

"...la labor de selección exige tiempo..."

...es preciso considerar la normalidad psíquica... para evitar que puedan manifestarse trastornos mentales, quizá como consecuencia de unas exigencias espirituales y humanas, no soportables con una salud defectuosa..."


¿En qué quedamos? ¿Cristianos corrientes... o capaces de soportar exigencias espirituales y humanas fuera de lo corriente?

Otro ejemplo. El Opus no admite el ERROR INSTITUCIONAL, la posibilidad de que la institución se equivoque al discernir la vocación de un candidato.

Por eso, cuando el Vademécum habla del discernimiento de la vocación, no contempla la posibilidad de que los directores se equivoquen en ese menester.

Por el contrario, pervirtiendo el lenguaje y la realidad (de su proselitismo salvaje, con persecución, acoso, inducción, engaño y coacción...), plantean la cuestión en términos del imaginario "guarden cola, por favor..." y echan sobre los hombros del candidato la responsabilidad de un posible error en su decisión (¡?) de pedir la Admisión.

Es algo increíble, pero cierto. Ellos te persiguen, te acosan, te inducen, te engañan, te coaccionan. Todo para que pidas la Admisión. Pero si posteriormente se demuestra que hay error... el error será tuyo... no de ellos.

Parece mentira, pero es la verdad.

El Vademécum lo plantea así:

Supuestamente ellos lo que hacen respecto a los candidatos es "...comprobar que poseen realmente las cualidades y las disposiciones propias de la vocación al Opus Dei, y así "se evita que alguien pueda engañarse, siguiendo un camino para el cual no es idóneo..."

Ese "alguien" que puede engañarse es obviamente el candidato, que con su autoengaño (¡?) seguiría un camino para el cual no es idóneo.

¿Y cómo pudo ocurrir eso?. ¿Por empecinamiento del candidato?... ¡Por favor! ¿A quién pretende el opus engañar, a sus propios directores?... Pues parece que sí.

Vistos los ejemplos anteriores, cabe preguntarse cómo es posible que los propios directores no caigan en la cuenta de éstas cosas. Hay que decir que algunos se dan cuenta y se van de la opus. Y los que no se dan cuenta viven en el mundo imaginario de su adoctrinamiento iniciático, viviendo de conformidad con las ideas aprendidas en el opus, sin salir del círculo vicioso del adoctrinamiento/mentalización/práctica... apuntalado con ideas del tipo "si no vives como piensas, terminas pensando como vives" (frase oida en meditación del Centro de Estudios para reforzar la asimilación y la práctica de la doctrina de la opus).







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