A ver Ignacio, francamente no se qué pensar de ti… te metes a productor sin saber de qué se trata. Eres tan... tan… que no tienes empacho en decir:

"Para nosotros, el proyecto tenía tres finalidades igualmente importantes: una era ayudar a Roland a crear otra gran película, como habían sido "Los gritos del silencio" o "La Misión"; otra, que podríamos llamar humanístico/espiritual, era contribuir a difundir el mensaje de que "hay esperanza frente al odio y la violencia"; y otra, financiera, porque la productora es un fondo de capital-riesgo: que los inversores tengan el mayor retorno económico posible".

¿Te das cuenta Ignacio que pretendes tomar al mundo por tonto? Enumeras tres finalidades “igualmente importantes” para emprender tu proyecto (va el que te vendieron ellos para ser más claros, como le han vendido a tantos supernumerarios tantos proyectos inviables) y deliberadamente inviertes el orden normal de lo que para ti que eres el productor jefe son sus finalidades: 

En primer lugar pones una finalidad benéfica, ayudar a tu amigo Roland. Ignacio, ¿se lo planteaste así a tus inversores?  No puedo creer que hayas sido tan torpe. ¿En verdad le fuiste a pedir dinero para ayudar a Roland? ¿Planteaste en ese orden las finalidades del proyecto? Nadie en su sano juicio invierte 36 millones de dólares para ayudar a Roland.

En segundo lugar va una finalidad humanitaria ¿le planteaste eso a los inversores? ¿en serio lo hiciste?  Cuándo se lo planteaste ¿sacaron las chequeras? Conociendo al ganado, solo lo harían si les asegurabas haciendo números, que el Opus era capaz de llevar al cine a los incautos necesarios como para producir réditos.

En tercer lugar mencionas la finalidad financiera, es decir la primera finalidad de cualquier inversión, incluidas las del Opus: sacar pasta. Eso es lo que le interesa a los inversores.

¿Te das cuenta Ignacio de que has invertido deliberadamente, en la carta salvavidas que mandas a tus incautos clientes potenciales, es decir  de cara a la galería, las finalidades del proyecto? Eso retrata de cuerpo entero al Opus Dei.

Y ahora sales con esto:

“si os ha gustado la película, enviéis un correo electrónico a todos vuestros amigos y contactos animándoles a ir al cine ESTE FIN DE SEMANA.”

No haremos más pelis como esta si no podemos devolver el dinero a nuestros 100 valientes inversores.”

¿A quién va dirigido eso? Evidentemente a gente adulta no, porque a la gente adulta no se le habla de ese modo. Te estás sirviendo de escolares para que te saquen las castañas del fuego: ¡¡vergonzoso!! Todo un “productor de cine” comiéndole la moral a unos pequeñajos ¡¡para poder pagar tus deudas!!

Es para descojonarse de risa, si no fuera porque precisamente eso, descojonarte, es lo que van a hacer contigo los valientes inversores.

Haenobarbo