Sigo pensando que es imprudencia irse sin resolver lo económico.- Mediterráneo
Fecha Wednesday, 23 March 2011
Tema 020. Irse de la Obra


Me preguntas Mariajo: ¿Sigues pensando que no es valentía? Pues sí, sigo pensando que es imprudencia pura y dura, que gracias a Dios salió bien como podía haber salido muy mal, y que ni en broma soy capaz de recomendar a alguien que se largue a dormir a la calle.

Estoy en contacto con una persona que lleva más de cuarenta años ahí dentro, tiene 62. No tiene nada fuera de esa peña, dónde vivir, dónde ir, qué hacer. Ni borracha se me ocurre decirle “¿Sabes qué? Vete. Lárgate mañana por la mañana, podrás dedicar el día a buscar una rejilla de metro donde dormir un par o tres de noches y después encontrarás quien te ayude, siempre sucede así”. Lo siento, tendrían que volver a parirme y mi madre ya no está por la labor. Que a alguien le haya salido bien semejante aventura sólo significa que para todo hay excepciones que, a su vez, no hacen más que confirmar la regla.

Creo que para muestra de lo que digo basta el comentario de Al Chile:

Miembros entre 46 y 90 años (el decano de la obra en México los cumple el próximo año), unos 110. Convencidos de que la prelatura es un fiasco pero no tienen dónde ir pues están sin familia, sin dinero, sin trabajo independiente a la opus y sin fuerzas para hacerlo aunque lo deseen a diario... Muchos están esperando que la muerte les alivie la vida y hay quienes me han dicho que a los sesenta años ya se sienten viejos.

De este grupo, unos treinta tienen un trabajo casi independiente de la obra pero que a la vez su trabajo depende de ella. Recuerdo un médico con funciones de psiquiatra que comentaba en confianza a un grupo de personas que fuimos de la obra: “yo no me salgo de la obra porque me quedo sin mis dos trabajos, uno es en una prestigiosa escuela de negocios, ese lo pierdo inmediatamente al salir de la obra, el otro es mi gabinete de consulta pero resulta que más de la mitad de mis pacientes me vienen por la obra, por lo que al abandonarla al opus perdería mi clientela”. Esas son algunas de las sobrenaturales razones que tienen algunos para permanecer en ella. Hay otro que es el notario oficioso de la prelatura y si se sale, ¿qué pasará?, pues mejor ni pensarlo. 

Lamentablemente hay muchas, muchas personas en esas circunstancias, más de las que nos imaginamos. Y en mi opinión es una absurdez y un juicio temerario y una falta de caridad descomunal pensar que tod@s son cobardes y que lo que hace falta es valentía y valor y al toro. Vamos, yo no me atrevería ni a insinuarlo.

Si pudiera, si tuviera los medios, crearía una asociación que proporcionara cama y comida y seis euros en el bolsillo a quien quisiera salir. Con esa posibilidad al alcance de la mano - y aun habría mucho que decir y mucho que matizar - sí podríamos empezar a hablar de valor y valentía; sin eso, de lo que hablamos es de imprudencia.

Mediterráneo.









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