¿Quién dijo que el que se va se condena?.- Javier
Fecha Friday, 28 May 2004
Tema 060. Libertad, coacción, control


¿Quién dijo que el que se va se condena?

El testimonio de muchos de quienes nos fuimos del Opus Dei, en el que afirmamos que al intentar dejar la Obra se nos coaccionó diciéndonos que quien se marcha de la Obra se condena, constituye la prueba de una de las prácticas más escandalosas del Opus Dei. Cuando personas que simpatizan o están dentro del ámbito de la Obra conocen a alguien que les merece confianza y que afirma haber sido coaccionado de esta manera, suelen intentar descargar a la institución de responsabilidad atribuyéndolo a errores de las personas, o con frases como "es que con fulanito,.. se equivocaron".

En esta web se han analizado textos del fundador donde claramente se transmite este mensaje. Así, afirmaba E.B.E en su escrito "La barca del Opus Dei", que "El de la barca es un texto que no resiste el menor análisis de un psicólogo o de un lingüista. Teológicamente, el fundador está afirmando que quien se va de la Obra queda fuera de la Iglesia y está condenado."

A raíz de la publicación del "Vademecum de los Consejos Locales", contamos con nuevas evidencias de que esta amenaza no está causada por el error de algunos directores que se exceden en su afán proselitista, sino que constituye una práctica reglada y aconsejada ínstitucionalmente.

Así, dice el Vademecum (pag.53-54):

"A los que intentan abandonar su vocación,... se le mostrará la ayuda que la fidelidad supone para su salvación y el daño que la infidelidad puede hacer a los demás. Se procurará hacerle comprender que otra actitud, al cabo del tiempo, le llenaría de pena y le avergonzaría delante de Dios, de su conciencia y de los hombres; que negarse a recibir la ayuda sobrenatural que se le ofrece, precisamente en ese momento de ceguera, es tentar a Dios Nuestro Señor, exponiéndose a perder la felicidad terrena -el gaudium cum pace- y tal vez la eterna."

Si a esto le añadimos (Vademecum pag.52) que "...si se diese el caso de una defección de la que no se supiese explicar las causas, nuestro Padre no excusaba de pecado, y en ocasiones de pecado grave, a los Directores y a los que hubieran convivido con aquel hijo suyo, porque no habrían sabido facilitarle los medios para perseverar...", ¿podemos extrañarnos de que la amenaza de la condenación a los que quieren marcharse sea una práctica habitual en la Obra?

Quien tenga oidos para oir, que oiga.

Javier







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