La última utopia: la reforma del Opus Dei desde dentro.- Aquilina
Fecha Monday, 14 March 2011
Tema 140. Sobre esta web


El día 11 de marzo de 2011, lamentablemente, será recordado en el mundo por el terremoto de Japón, como ya otro 11 de marzo es un triste recuerdo para España.

Sin embargo, dentro de un conjunto más reducido –nuestro conjunto, aquello constituido por gente que estuvo bajo el influjo de la prelatura del Opus Dei- creo que ese día se puede recordar de una forma más positiva y esperanzadora: he leído y participado en esta página desde sus comienzos, y muy raras veces –no más de tres o cuatro, creo, en nueve años- he faltado en ponerme al día casi en el mismo momento que Agustina enviaba a la pagina las intervenciones correspondientes. Por lo tanto, creo poder ser considerada casi “una autoridad” si afirmo que desde el 1° de diciembre 2002, este 11 de marzo 2011 ha sido la primera vez que, entre 10 intervenciones en la pagina, 4 (o sea el 40%) han sido de personas que siguen perteneciendo a la Obra, y todas estas cuatro estas intervenciones están escritas en un tono, ¿como diría? de acuerdo con el objetivo de Opuslibros: una “visión (que) difiere sustancialmente de la que la prelatura del opus Dei proyecta de si misma en sus webs y medios de comunicación”.

La visión de la Obra que emerge de las intervenciones de JM, de Merina, de Robert Lee y de la misma Calandria, se va acercando más a la visión realista y problemática que hemos defendido en estos nueve años de actividad de la pagina, que a la visión inoxidable de la Obra proporciona de sí misma. Se va acercando poco a poco, cautamente, con prudencia, y lo importante es que haya empezado ese recorrido de acercamiento.

Y si a menudo nos interrogamos acerca de si en la Obra va a cambiar algo, o si es posible que algo cambie en el futuro, aquí tenemos una contestación quizá distinta de la que buscábamos, y algo que asombra, como a menudo asombra también la realidad frente a los sueños. Quizá sí, en la Obra algo está cambiando realmente, aunque no sea precisamente lo que esperábamos que cambiara: las actitudes de los dirigentes, los criterios y la praxis impuesta desde lo alto. Lo que realmente está cambiando es la conciencia de algunos que están dentro que empiezan a vivir con mayor conciencia de sí su pertenencia a la Obra, y sobre todo están consiguiendo lograr no rendir totalmente su capacidad crítica a los criterios del buen espíritu, están descubriendo que no es posible amar a Dios con “toda el alma, todo el corazón, toda la mente” sin mantener esta misma mente bien viva y despierta, y ejercerla y cultivarla sin temores ni escrúpulos.

Las cuatro intervenciones del pasado viernes tienen en común entre sí, no obstante a sus matices distintos, cierta serenidad, la falta de agresiones o defensas destempladas, cierta decepción, el reconocimiento de los problemas internos comunes a las dos secciones, el sentido crítico frente a la Obra y a sus actuaciones y recaídas en la vida de su gente. Y, añadiría yo, sobre todo, la confianza de que la página de Opuslibros es digna, por su fundamental seriedad y ecuanimidad, de recoger sus instancias.

Conociendo la realidad del Opus Dei, todo eso no es poco, creo que es mucho más de lo que realmente Agustina podía soñar en aquel diciembre de 2002, porque por entonces aún no había asumido que su aventura de Opuslibros podía llegar a lograr eso. Ahora podemos imaginar que quizá los cambios dentro del Opus Dei no llegarán desde lo alto, desde los que se autodefinen “responsables” de la Obra, quizá puede soñarse que desde la base la gente llegue a tomar conciencia de que son tan responsables como los directores de defender su sueño de servicio a Dios y a la Iglesia, y encuentren la forma de recuperar el control de sus vidas, no en vista de realizaciones egoístas, sino con objetivo de realizar un ideal. Y tienen esta responsabilidad porque ya no son unos pocos, aislados, los que se dan cuenta de que algo no va, sino que son muchos, y que tienen un lugar para comparar evaluaciones, experiencias, juicios y respaldarse unos con otros, ellos de dentro con el apoyo de nosotros de fuera, con el único objetivo de acabar ya con tanto sufrimiento inútil, con tanta manipulación, con tanto utilizar el nombre de Dios vanamente y fraudulentamente.

Quizá este sueño va a ser la “última utopía” en la vida de personas mayores como somos muchos de nosotros, que ya no tenemos edad para creer en las utopías.

Los “Responsables” de la Obra tienen que enterarse que sólo quedan dos posibilidades: o el Opus Dei va a volverse realmente lo que puede ser dentro de la Iglesia (una realidad recta, honesta, humilde,...) o se va a acabar dentro de poco tiempo, pues los suyos rehusarán de engañar a otros atrayéndolos dentro de un engaño que no mantiene lo que promete. Es cuestión de tiempo, se puede tardar un poco más o un poco menos, pero no creo que sea posible otra solución. 

Voy a concluir esta intervención con otra que quiero que tenga su independencia respecto a esta.

Un abrazo,

Elena









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