Este asunto de la peli probablemente esté siendo algo minusvalorada en las posibilidades de análisis e investigación que tiene respecto del estado actual del Opus Dei.

La mayoría de los comentarios se han centrado en la estrategia distractiva de sus miembros, al ocultar o disimular la presencia dominante e interesada de la institución en este proyecto cinematográfico. Es el viejo truco de hacer pasar gato por liebre. Otros se han referido a la capacidad financiera invertida para llevar a cabo esta empresa. Es posible que quieran ganar algo de pasta de paso, lo cual no sería nada extraño. Finalmente hay quien se entretiene poniendo en evidencia las groseras tergiversaciones en torno a las simpatías ideológicas del fundador.

Tal como yo lo veo, este último recurso del Opus Dei responde esencialmente a la necesidad de recuperar una épica, un espíritu de aventura que se perdió prácticamente con el final de la Guerra Civil. El Opus Dei, casi definitivamente aburguesado, burocratizado, decadente y secularizado, ha perdido todo atractivo humano y religioso: no es un proyecto personal interesante para nadie. Una persona joven con vocación religiosa difícilmente opte hoy por ser un profesional burgués, puntilloso y solterón.

Y la aventura la han encontrado en el cine histórico, en los tiros, los bombardeos y los puñetazos, no en las nuevas tierras de misión. Todo un síntoma.

adriano