Respondiendo a Daniel M.- Mediterráneo
Fecha Wednesday, 09 March 2011
Tema 040. Después de marcharse


El 27 de diciembre escribí, respondiendo a un post de Daniel M, exponiendo las razones por las que pienso que hay que permitir a los “in” escribir aquí. El pasado 4 de marzo el mismo Daniel M preguntaba por qué servidora de Vds. y algun@s más perdíamos nuestro tiempo en contestar a Calandria, así que aquí van mis razones:

1) Porque me da la gana.
2) Porque no quiero que piense que todo lo que dice cuela y todo se da por bueno.
3) Porque me da la gana.
4) Porque no quiero que piense que no tengo argumentos para contestarle y “si no, mira, si nunca contestan a mis escritos”
5) Porque lo que dice no se sostiene ni se aguanta ni tiene fundamento alguno y es mejor que alguien se lo diga.
6) Porque me da la gana...

7) Porque no sé qué pasa por su interior y si lo que digo sirve para que reflexione un poco, ya se habrá ganado algo.
8) Porque me da la gana.
9) Porque tan libre es ella de escribir como yo de contestar.
10) Porque me da la gana.
11) Porque hay que decirles, a Calandria y a tod@s, que mienten más que respiran, que el mensaje del Evangelio es otra cosa, que esa peña tiene unos comportamientos sectarios que dan miedo, que lo de ser familia es puta mentira, que la pobreza no se vive ni por el forro y que la libertad ni siquiera se intuye.
12) Porque me da la gana.

Mucho más que centrar esta web en esta persona, que ha demostrado con reiteración su nula capacidad de feedback respecto a ningún ex-miembro

Agustina sabrá, yo no creo que esta web se centre en Calandria, vamos, menudo honor. En esta web – y esta es la parte fantástica de la cuestión – escribe quien le da la gana, acerca de lo que le da la gana, que suele ser su visión, su testimonio, su opinión de la peña esa. Hay quien pide consejo, hay quien lo da, hay quien expresa dudas, hay quien se rebota, hay quien simplemente escribe para desahogarse y hay una multitud que se limitan a leer, de los que nunca tendremos constancia.

Lo he dicho otras veces, ell@s no nos permiten escribir en sus páginas fantásticas, en esta web se les permite. Ésa es, entre otras, la diferencia. Y si a alguien no le gusta, con no leer tiene bastante. Yo no leo todo lo que se escribe aquí, hay posts que me hacen bostezar. ¿Voy a pedir por eso que se bloquee a esas personas, que no se les permita escribir? Para nada. Si yo me aburro leyéndoles, es mi problema y yo me lo resuelvo, en este caso no leyendo. ¿A que es sencillo?

A Solan, le dices:

“Una forma muy segura de error es tener relaciones sexuales con el novio (que sólo será realmente novio si quiere casarse contigo, si no, es sólo un amante temporal)

Daniel, ¿quién eres tú para pontificar de semejante modo? Si mantener relaciones sexuales con el novio es un error o no, sólo l@s interesad@s pueden decirlo. No creo que Solan buscara un tratado de moral, ni mucho menos que se le aconsejara sobre lo que es un error o un acierto. Puedes tener más de cuarenta años y puedes haber visto todo lo que quieras, no tiene nada que ver con pontificar y sentar cátedra, que es igual de insufrible a los veinte, a los treinta, a los cuarenta o a los ciento tres y medio.

Si Solan busca ser feliz, asunto suyo es. Si tiene relaciones con su novio o con el moro Muza, asunto suyo es. Si la numeraria de turno le come la cabeza y ella no sabe quitársela de encima por lo que sea, asunto suyo sigue siendo.

Personalmente, acabé muy hartita de consejos que no pedí, tratados de moral que no me sirvieron para una M y experiencias de personas que habían visto todo lo que hay por ver y que a mí no me sirvieron para nada más que para valorar su pedantería. Las experiencias se las fabrica un@, por eso el aprendizaje es único e individual. Solan, y tú, y yo, y el preste Juan de las Indias, tenemos que cometer errores y aprender de ellos. De lo que aprendamos de cada error dependerá qué hagamos en lo sucesivo, es así de sencillo.

Como decía en mi post del 27 de Diciembre, si no te gusta, no leas. No pretendas, sin embargo, adaptar la página web a tus gustos y opiniones, decidiendo quién puede y quién no puede escribir y qué se puede o no se puede decir. No funciona así, afortunadamente.

Mediterráneo







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