Hola, Solan

Respecto al acoso de la numeraria que nos cuentas… ¿le has hablado directamente de cómo te sientes con toda su insistencia? Lo que nos dices ¿se lo has dicho algún día a la cara?

Lo mejor, antes que el aguante de una situación que no te agrada, es decírselo con claridad. Hablarlo con ella, de una manera asertiva, respetuosa, pero hablarlo con franqueza y sinceridad. Plantéale lo que no te gusta de vuestra relación de compañeras de universidad.

Lo que me parece de tu escrito es que llevas tiempo aguantando algo que no te agrada, sin nunca planteárselo con franqueza. Tu “respuesta” a su acoso es de tipo pasivo, que cualquier día puede explotar en una respuesta agresiva. Lo que sería innecesario si antes habláis las cosas con toda sinceridad.

Leo en tu escrito que tú ya tenías tus prejuicios elaborados sobre ella (“le han mandado a… captar gente”, “las cosas que he oído y la gente que conozco…. “) Y ahora tienes una opinión desfavorable a partir de lo que te sugiere (intenta “comerte la cabeza”, te “critica” a su manera).

Veo que tienes una oposición fuerte a lo que ella cree y comenta. Pero sobre esto último, pienso que la causa no es que no seas creyente, o que ella lo sea de una manera determinada;  sino que tú experimentas una aversión especial a la fe y a lo espiritual. Y que esa aversión es lo que hay por debajo de tu oposición a lo que ella dice. Al menos así parece desprenderse de lo que cuentas, y de ser así, pienso que deberías preguntarte el porqué.

Creo que esta numeraria no trata de que te metas en el Opus Dei. Ya sabe que no eres creyente por lo que, para ella, no reúnes condiciones para la Obra. Más bien, puede tratar de que conozcas el cristianismo. ¿Por qué? Bien, los motivos de ella para seguir a Cristo, quizá te los haya contado ya (depende de vuestro grado de confianza, quizá no te lo haya dicho porque observo que tú nunca has confiado en ella y eso, seguro que ella lo nota).

Es posible que ella se encontrara un día con la Verdad, que Dios existe, que Jesucristo es Dios. Y ese descubrimiento le haya cambiado la vida; porque encontró el sentido de la vida. No sólo de la suya, sino de cada vida humana.

Distinto es que sepa comunicarte adecuadamente ese descubrimiento. Para mí que lo que quiere es trasmitirte algo bueno y evitarte algo malo (una descripción de eso malo aquí.

De momento estáis en canales de comunicación distintos. Ella ha descubierto la Verdad, la Realidad completa del Universo –que no es meramente material, sino que posee una dimensión espiritual-  y te habla a partir de eso. Tú vives en tus gustos, opiniones, amistades, vacaciones, novio… una vida centrada en ti misma, en satisfacer tu deseo de felicidad natural, sin dar tiempo ni lugar para la trascendencia. Es como si hablaseis idiomas radicalmente diferentes. Así no puede haber comunicación entre vosotras.

Un par de ideas más. Mira, cuando se ha pasado la frontera de los 40 años, uno ha visto ya bastante de relaciones rotas en colegas, compañeros de trabajo, de universidad… demasiadas historias de llamar a alguien novia y tener relaciones sexuales, para luego (pasados unos pocos meses o escasos años) romper y tener otra novia con la que también se tiene relaciones… Y así varias veces. Se ha visto ya bastante de divorcios, parejas rotas… ¿tú me entiendes? Tú quieres ser feliz, pero a nivel humano, hay que saber plantearse bien las relaciones para no equivocarse. Una forma muy segura de error es tener relaciones sexuales con el novio (que sólo será realmente novio si quiere casarse contigo, si no, es sólo un amante temporal)

Otra cosa, si además da la casualidad de que por tu trabajo has visto morir gente adolescente –de 15 a 20 años- a madres de apenas treinta y pocos años, a gente abandonada de su familia,… creo que te planteas la vida en un sentido muy contrario al tuyo. Que es de mera “felicidad”, más bien placer, natural. Necesariamente acabas preguntándote cual es el sentido de la vida, cuando compruebas que se puede perder en cualquier momento.

Un saludo cordial,

Daniel.

Nota de Agustina.- Daniel, perdona si me meto en tu discurso pero Solan no pedía cómo ser creyente ni tampoco que se le enjuiciara su vida ni sus ideas, sino cómo "espantar" a una numeraria, o sea, espantar al opusdei. No pedía nada más. Un abrazo, Agustina.