¡Qué buenos negocios entre Pascualina, Artilugia y los candidatos políticos peruanos!

Comentaba un numerario peruano que había viajado a Chile los enormes ingresos que Paulina M., con sus agendas de “Pascualina” y “Artilugia” llenaban las arcas de la Comisión Regional Chilena. Éxito de la autora – numeraria – y su equipo de ventas que presentan la vida de dos adolescentes y sus estados de ánimo y amores platónicos ¡Yo le compraba a mi prima esas agendas!

Acá en Perú, la Prelatura está lanzando algunos candidatos a la vida política. Al eterno Rafael Rey (numerario) por parte del partido de la hija del ex presidente – encarcelado – Alberto Fujimori, Rafael López Aliaga (agregado) por parte del partido de Solidaridad Nacional junto con Fabiola Morales (super numeraria), cooperadores y otros cuyos nombres ya no recuerdo ni si serán ahora fieles de la Prelatura.

¿Tiene esto algo de malo? No. Del mismo modo como Pascualina y Artilugia pueden soñar en sus fantasías imaginarias – propias de las numerarias que ven sus sueños frustrados en una eterna infancia -, los fieles de la Prelatura pueden participar de las filiaciones políticas que crean convenientes. Es más, es un negocio redondo. El candidato, para poder hacer sus carteles publicitarios, contrata la empresa del agregado que tiene una pequeña imprenta, al cooperador que tiene gente para pegar pancartas y al super numerario que le hace los polos. Todo queda en familia y los “aportes voluntarios” van a saco común. Negocio familiar redondo ¡Cómo añorábamos tener como residente del Centro alguien metido en política o empresa para tener las cajas gordas!” (Sepa el lector que los curas no aportan y, cuando en un Centro hay más curas que laicos, el déficit es terrible para poder mantenerlos).

Ciertamente varios cooperadores y super numerarios se están arriesgando para que estos candidatos salgan o, por lo menos, llegar a una alianza para vencer al anterior presidente Alejandro Toledo – nada simpatizante del Opus ni del Cardenal – y, como todos, sacar su tajada de reembolso por financiar la campaña.

Vale. Tanto la política como la religión son los mejores negocios del mundo. No les vendría mal para sus campañas inventar personajes tan amables como Artilugia y Pascualina para ganarles algunos votos.

Nicanor Wong

nicanor.wong@gmail.com