Opuslibros - Contestando a Cifi.- Mediterráneo

Cifi, ¿quién demonio crees que eres para decirle a Daniel M que lo suyo no es nada? Tú sí que no eres nadie para descalificar, nadie en absoluto. Demuestras, una vez más, la maldita prepotencia de quienes creen llevar la verdad bajo el brazo y se creen autorizadísimos a juzgar a los demás porque sólo ellos son infalibles, como el papa hablando ex-cathedra. Y si tanto amas a la Obra (fantástico y que te aproveche), hazte, haznos un favor y antes de escribir otra vez “lo tuyo no es nada” piénsalo dos veces y después, no lo escribas.

Sí, sí que pareces estar mal, pero no por seguiramandoalaobra sino porque mezclas churras con merinas (¿a qué viene sino el comentario de tu amiga?) y porque te permites descalificaciones gratuitas y afirmaciones del estilo “por definición la iglesia no puede tener sectas”, o algo así era lo que dijiste no hace mucho, que no se sostenía ni sobre el papel. Todo junto indica, si me permites, un cierto lío de tarro.

Me encantaría que se rieran en la peña esa. No esa risa de boquilla que ni sale del alma ni llega a los ojos, sino risa auténtica, de felicidad, de alegría, de alguien que está realmente contento y tiene ganas de sonreír, de reír y de cantar. Ojalá en la peña esa se rieran así. Cómo debe ser eso que entre las normas de las que uno se examina por activa y por pasiva setenta veces a la semana está la de “vivir con la alegría de quien se sabe hijo de Dios”. ¿Examinarse de estar alegre? Perdón, ¿cómo?. Cuánta razón tenía Nietzsche cuando decía “presentadme a un cristiano alegre y creeré en el cristianismo”... la alegría en la peña esa, otra de tantas patrañas.
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