El legado que va a recibir el sucesor del actual Prelado.- Carlos F.
Fecha Wednesday, 09 February 2011
Tema 010. Testimonios


El actual “Padre” Echevarría del Opus Dei goza de buena salud, vive muy bien, sin ningún tipo de necesidad, cuidadosamente atendido en su vida diaria por sus “hijas” numerarias y auxiliares, con pocas preocupaciones de acuerdo con su condición de prelado y yo, por mi parte, aunque no comulgue con las ideas que él “prelaturea”, le deseo una larga vida.

Pero en el Opus Dei, en donde Echevarría y su círculo de jerarcas controlan y preceptúan todo de manera exhaustiva, también ha decido ya quien va a ser su sucesor como prelado y “Padre” de los fieles prelaturados, en cuyo caso y como dice la canción podemos preguntarnos, ¿quién seráaa... seráaa…?

Algunos barajan dos posibles sucesores de Echevarría: los sacerdotes (*) Fernando Ocáriz por un lado y Ramón Herrando por otro. Parece ser que no se rumorea (chismorrea, según el decir de alguno) de ningún otro consiliario o sucesor...



Pues,…  el caso es que el candidato de Echevarría ya está decidido “in pectore”y como tal “in pectore”, aunque me imagino quién es, no lo voy a nominar, os lo propongo como incógnita, jejeje.

Pero el legado que va a recibir el sucesor es el de una organización que retrocede rápidamente, ya que cada vez se va más y más gente desengañada, incluso después de muchos años de permanencia (lo cual no deja de tener su mérito) y en la que cada vez entran menos prosélitos, ni siquiera hijos de supernumerarios. Es que a estas alturas la gente, con las “diabólicas” e incontrolables nuevas tecnologías, cada vez conoce más y más el doble lenguaje del Opus Dei, lo que dice propagandísticamente de cara el exterior y de cara a sus jóvenes prosélitos y lo que dice, practica y controla de puertas a dentro para sus fieles miembros. La gente, incluso la que fielmente permanece en la organización, conoce cada vez más las irregularidades canónicas y legales con las que actúa el Opus Dei, no hay más que leer los testimonios de gente que escribe aquí, y cada vez se muestra más reacia a pertenecer a una organización tan sectaria y tan alejada del eslogan fundacional de “santificar el trabajo profesional y por medio del trabajo profesional en medio del mundo” que desde luego no se consigue a base de prácticas piadosas agobiantes y obsoletas y extraña forma de vida, alejada del “mundo”.

Otro tema importante con el que tendrá que enfrentarse el sucesor es el del intento tantas veces fallido de que el Vaticano conceda al Opus Dei el ansiado estatus de Iglesia autónoma, dependiente única y exclusivamente del Sumo Pontífice, lo cual no lo consiguieron ni Escrivá ni Portillo con un papa tan favorable a la causa como Juan Pablo II, ni la Iglesia va a conceder nunca semejante despropósito. Y es que la última forma canónica de “Prelatura personal” en la que encuadró el Vaticano al Opus Dei no satisface para nada las expectativas de éste, solo el de no depender de ningún obispo, ya que la definición de este tipo de forma canónica es la de una organización clerical compuesta por un prelado y unos sacerdotes adscritos formando presbiterio con un objetivo eclesial difícil de sacar delante de otra manera, organización a la que pueden adherirse y colaborar para dicho objetivo fieles corrientes (seculares) en base a un contrato (**) que defina los derechos y deberes de ese tipo de colaboración. Como mucho, el sucesor podrá luchar por conseguir que el Opus Dei sea una organización con cierta autonomía del tipo “ordinariato personal” al modo de la iglesia ortodoxa o anglicana, es decir una diócesis peculiar de extensión universal, dirigida por un obispo que en el Opus Dei se llamaría “Padre”, de la que formarían parte feligreses (sus miembros) y sacerdotes nominados de entre estos, regida por unos reglamentos o praxis no públicos (solo accesibles dentro del OD para los sacerdotes y directores/as  y trasmitidos de manera oral a la feligresía) ya que por haber sido “revelados” por Dios al santo Fundador hay que aceptarlos tal cual ya que nadie, absolutamente nadie los puede cambiar salvo pecado mortal y transgresión gravísima, cosa que el Opus Dei ha tratado de explicar una y otra vez a la jerarquía de la Iglesia católica pero sin conseguirlo ya que “como se sabe el demonio se halla infiltrado en ésta”, por eso hay que “rezar y mortificarse” tanto por la jerarquía de la Iglesia.

Y estos solo son unos pocos temas que el sucesor tendrá que resolver, ¡que no le pase nada!

Carlos F.

 

*La alta jerarquía del Opus Dei siempre ha sido sacerdotal de ahí la falta de secularidad y clericalismo que adolece la Obra aunque propagandísticamente presuma de “laical”, por otra parte las mujeres (***) están excluidas estatutariamente de su alta dirección, entre otras cosas porque la mujer según la mentalidad del santo Fundador es de naturaleza provocativa y pecaminosa a la que hay que mantener apartada y bajo estricto control y cuyo fin en esta vida es, ser discretas y sumisas, realizar las tareas del hogar, en su caso procrear diez hijos para el Opus Dei, y aguantar carros y carretas, curiosamente es la misma ideología que tiene el Islam respecto a la mujer que llega a taparla de pies a cabeza para que no exista socialmente, afortunadamente san Josemaría Escrivá en sus sucesivas revelaciones por parte de Dios y de la Virgen no fue inspirado para llegar a tanto, cosa que por mi parte agradezco a Dios nuestro Señor y a la santísima virgen María, si no….¡a ver!, y es que efectivamente el Espíritu Santo inspirador del Concilio Vaticano II va por otros derroteros más modernos y democráticos de acuerdo con la madurez que va adquiriendo el Mundo en su historia.

** El Opus Dei nunca ha aceptado ni aceptará jamás que sus miembros se vinculen a la organización por lo que en términos legales se denomina “contrato”, es decir donde se establecen por escrito los fines, los medios, la organización, las responsabilidades, las funciones, etc., donde se estipulan claramente los derechos y deberes de ambas parte, duración del contrato en el tiempo así como formas y condiciones para la rescisión. ¿Porqué no acepta esto?, porque de acuerdo con las revelaciones de Dios al Fundador, la gente no se adscribe al Opus Dei en virtud de un contrato, homologado y sancionado por la Iglesia católica, previamente conocido  por el aspirante para así poderlo estudiar, ponderar y consultar libremente, sino que los prosélitos se incorporan al Opus Dei en virtud de la “vocación divina que desde toda la eternidad ha establecido Dios para sus miembros”, pero quién determina esa vocación, ¿los propios prosélitos?, ¿uno se da cuenta de que tiene esa vocación?,… no, el tema es que tal como se lo hizo saber Dios a san Josemaría en sus revelaciones, EL como Todopoderoso daría gracia de estado a los directores y sacerdotes del Opus Dei para que fuesen por el mundo dictaminando quien tiene vocación para su Obra, por ello a todo aquel que aquellos señalen (santa coacción) tiene que entrar en la organización sin ningún tipo de discusión, … ¿contrato?, Dios, según el santo Fundador, no necesita ningún contrato para dar vocación al Opus Dei (Obra de Dios)… ¿clausulas de rescisión?, ¡qué locura!, la vocación que Dios da para su Obra es sagrada y como tal para toda la vida, como lo es el matrimonio católico que no admite divorcio  o la del sacerdocio católico que no admite renuncia. ¡En fin, cosas del santo Fundador!, así pues quién tenga fe en él y en sus revelaciones sabe que no puede desligarse de por vida de su “vocación divina al Opus”, pero quien no la tenga pues que pase olímpicamente de Escrivá, de sus revelaciones, de su imaginaria vocación, de su opus y de todas las maldiciones, anatemas y penas del infierno que estableció para quienes nos hemos podido liberar mandándole a paseo.

*** El teólogo Hans Küng, aunque mi profesión está muy alejada de la teología, me suscitó curiosidad por haber sido distinguido hace unos días con el doctorado honoris causa por la Universidad Nacional de Enseñanza a Distancia española,  dedicándome a leer algunas de sus reseñas y entre ellas tomé nota de la siguiente: “Las iglesias cristianas no pueden seguir enrocadas en concepciones teológicas que inferiorizan o consideran menores de edad a las mujeres, ni en los modelos organizativos jerárquico-patriarcales que las excluyen del ejercicio de los ministerios y de las funciones directivas. Las mujeres deben de ser reconocidas como sujetos morales, eclesiales y teológicos y, en cuanto tales, con el protagonismo que tuvieron en el movimiento de Jesús y en el cristianismo primitivo”. Evidentemente esta manera de pensar de un eminente teólogo católico como es Hans Küng, es muy difícil de digerir por una amplia mayoría del sentir religioso cristiano, incluido el de las propias mujeres  y por supuesto para la jerarquía del Opus Dei que siempre ha considerado como nefasta, cuando no diabólica, toda  teología que no sea tomista.







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