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Asumir los propios errores

Desde hace unas semanas me estoy entreteniendo con los correos de los chicos de la opus en defensa de la misma. Pocos entre ellos se definen como miembros de la institución pero ya los vamos conociendo y nos están saliendo un poco drag queens. Vamos que son los reyes del travestismo. La culminación, de momento, llega con el autotravestismo de nuestro super- pastor protestante con sus nombres: Alejandro, Alberto, Alfredo y claro, busco los siguientes términos de dicha secuencia y por lógica podrían ser: Al Capone- la institución no se distingue en mi opinión por tener las cuentas muy claras con el fisco ¡a ver si va a ser por ahí por donde caen como don Al! - o Al Qaeda - ¡hay ese integrismo! -.

Como decía me entretienen, más que me ofenden, los mensajes de estos de la opus. Además nos traen como consecuencia unas contestaciones muy acertadas y que tratan del meollo de la cuestión de lo que es el opus Dei. No sé si la obra a conseguido aquello de "poner a Dios en la cumbre de todas las actividades humanas" pero de ser así quizás lo haya conseguido a través de todos nosotros, ex de la opus, que estamos en todas las esquinas del mundo y a veces también en la cumbre. Desde luego, sí se está demostrando que el nivel de las contestaciones de los "out" supera con mucho al de las provocaciones de los "in". ¡Al final hasta nos harán un monumento!

Entre los "out" que una vez fuimos "in" se está desarrollando una discusión desde hace un tiempo sobre si la opus tiene algo de bueno. Mi opinión es que no. Es cierto que mientras estuvimos allí no hicimos grandes barbaridades, que tenemos algunos recuerdos buenos, que rezamos como nunca y eso mal no le hace a nadie, pero... siempre hay un pero. El pero yo lo pongo en esta ocasión a la totalidad: a sus métodos de persuasión tanto de entrada como de salida, a la primacía de la prelatura sobre cada uno de sus individuos, a la manipulación de las conciencias, a la doctrina equivocada, en pocas palabras el opus Dei termina sacando lo peor de cada persona y además, le agría el carácter.

Es verdad que como decía Albert Einstein en uno de sus conocidos Aforismos para Leo Baeck "Para ser miembro irreprochable de un rebaño de ovejas, hace falta primero ser oveja."

Es decir, los ex miembros de la prelatura debemos ser conscientes de que hemos sido uno de ellos, hemos sido oveja, y eso es lo que dificulta el hacer de ese paso por la institución una anécdota de nuestra vida. Debemos conjugar el ver el daño que nos hizo la institución (y a tantos otros), la realidad que con el tiempo nos ha mostrado que el opus Dei no es bueno, con nuestra pertenencia a la misma y por tanto con la culpa que ello conlleva. Durante un tiempo, lo que hizo la opus, lo hicimos cada uno de nosotros.

Realmente debemos enfrentarnos con lo que cada uno de nosotros hizo, de cómo siguió su propia conciencia o la traicionó por cumplir con lo que la prelatura le pedía. Si somos capaces de ser comprensivos con nosotros mismos, de darnos cuenta que desde Adán y Eva y "el penoso incidente de la manzana" todos, todos, incluyendo los de la opus y los que gracias a Dios nos fuimos, somos capaces de lo mejor y también y de lo peor, estaremos en el buen camino.

En mi caso concreto, mi peor equivocación fue entrar en el opus Dei y la mejor abandonarlo. La decisión de entrar con 14 años y medio fue mía y debo asumirlo como equivocación propia, pero eso no quita que denuncie que está mal, muy mal que el opus Dei deje entrar a niños de esa edad, que no les informe de la totalidad del compromiso, que les asuste con los males del infierno si no entran. Es decir se equivoca el rebaño y también cada una de las ovejas. Y cada uno sabiendo lo que hizo, debe rehacerse y, ahora sí, sacar lo mejor de sí mismo y poner en marcha su vida libremente y de acuerdo con su propia conciencia. Esa vida plena, vivida a fondo es lo que nos dará la medida de nosotros mismos una vez mas y hará que esos errores sean sólo algo que nos haya hecho ser mejores y mas felices.

Este asumir que fuimos uno de entre ellos, nos hace también entender a los que siguen allí. Denunciar cada uno de sus errores, colectivo o individual pero comprender ante todo a las personas y si alguna vez están - que estarán- de este lado, ayudarlas.

Me imagino que estas palabras le sonarán a más de uno muy duras, pero la importancia debemos darla una vez mas a la conciencia individual. Cada uno de nosotros sabemos hasta qué punto nos engañaron, o nos obligaron o manipularon nuestra conciencia y cómo estas cosas afectaron a nuestros actos que debemos aceptar con responsabilidad personal y si es posible, intentar subsanar las consecuencias de los mismos. Ahí es donde entra nuestra implicación en esta web. En prueba de nuestro conocimiento de lo que pasa dentro del opus Dei, denunciamos lo que de malo tiene para intentar evitar que se siga engañando a más gente.

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