He leído por encima el artículo en italiano al que hace referencia Elena Longo, sobre la posible pertenencia al Opus Dei de jefes militares norteamericanos muy mentalizados con la "guerra de religión" contra el islamismo. No puedo precisar y contestar a la pregunta que haces, pero conociendo un poco del origen del Opus Dei en los días de la guerra civil española y conociendo la mentalidad de Cruzada y de guerra "contra el mundo infiel" con el que está escrito Camino, a mí no me chocaría nada. Vivimos allí dentro en una continua batalla donde se confundían las churras con las merinas, algo por otra parte muy típico del típico catolicismo español de después de la guerra...
Hay periodistas españoles que han establecido paralelismos entre la cadena de televisión española Intereconomía en la que se lucen cada noche hombres Opus Dei, (Vidal Quadras), y el Tea Party americano. Sara Pailing creo que visitó el año pasado la universidad de Navarra. Esto de confundir las luchas imperiales con las luchas divinas es algo de lo que en España tenemos amplia experiencia. Y creo que el Opus Dei está en esa línea.
Como alguien apuntaba el viernes pasado en la web, los actuales miembros del Opus Dei medianamente cultos no van a reconocer en el cura de la película de Jofré a Escrivá. He visto el trailer y tampoco lo reconozco. Agustina sacó una carta del fundador a Franco que es un gran documento histórico en ese sentido, y parece ser que la hija o nieta del dictador tiene más. No sé porqué no las da a conocer, seguro que nos aclaraba muchas dudas.
No tiene base que nos presenten a un Escrivá de Balaguer por encima de las luchas de partidos, porque no es verdad y lo sabemos. Como todo el clero español de la época en masa, salvo algún monseñor catalán, ¿Vidal i Barraquer?, algún obispo vasco y Herrera Oria, Escrivá y los suyos apoyaron a Franco como el salvador de la religión. No es cuestión de ponerse ahora a dirimir estas cuestiones, pero que conste, de cara a que parece que nos tragamos absolutamente todo lo que nos echen. Y me parece que la gente que lleva décadas dentro del Opus hasta se puede sentir estafada por este lavado de cara que ya es pasarse de la raya.
Hay una cuestión de orden histórico que quería plantear, por si Alberto Moncada sabe algo, o alguien que estuviera en los 60 dentro. Me ha llamado la atención la cantidad de nombres que da Gregorio Morán, en su libro sobre Adolfo Suarez de 2009, de personas pertenecientes al Opus Dei en el franquismo y después. Están los que ya sabíamos: Herrero Tejedor, Sánchez Bella, Rafael Calvo Serer, Florentino Pérez Embid, Laureano López Rodó, Gregorio López Bravo, López de Letona. Pero aparte da unas listas de "hornadas" de numerarios y simpatizantes que se colocaron en puestos altos y medios de la administración del Estado bastante abultadas.
Vicente Rodríguez Casado, numerario, era el que organizaba todas esas oposiciones a la Administración, pintiparadas para colocar a las huestes opusinas. Por ejemplo en 1961 se convocan unas para el Ministerio de Información y Turismo. Entran 26 Opus Dei o afines: Ramón Cercós, Manuel Ortiz, Pedro Segú, Ricardo barrio, Juan Gomez Arjona, Amalio García Arias, Rafael Anson Oliart, Fernando Gil Nieto, Emilio Sánchez Pintado, Luis Escobar, José Luis Collar... Lo curioso es que en el tribunal además de Vicente Rodríguez Casado figuraba un ¡teólogo! y catedrático de filosofía, Muñoz Alonso, que no era del Opus Dei pero consintió en que las plazas debían de ser para los opusinos.
Otra historia que también me ha llamado la atención relacionada con estas "colocadas" es que el ínclito supernumerario y catedrático de Metafísica, Millán Puelles, presidirá el tribunal de oposiciones al Instituto Social de la Marina en 1965, dependiente del ministerio de trabajo. En aquella época se ve que los diferentes campos del saber no estaban nada delimitados. Había que ser licenciado en Derecho para presentarse, nada más. Eran las oposiciones que finalmente después de varios intentos logró sacar Adolfo Suarez.
En ese mismo libro se dice que la trinidad ideológica del Opus Dei era entonces Vicente Rodríguez Casado, Rafael Calvo Serer y Florentino Pérez Embid. Entre ellos, o en especial el primero de ellos, inventaron la Universidad de verano de la Rábida, para contrarrestar la falangista universidad veraniega de Santander. Se dice que Ruiz Giménez, ministro de educación, intentó liquidar el invento, pero que VRC habló con Franco y el experimento siguió adelante. Al frente estaba otro Opus Dei menos famoso, Jose María Sampelayo, que también trabajaba en el ministerio de la Presidencia.
Paso a otra curiosa historia:
En aquel momento de plena dictadura en España sólo había un sindicato de estudiantes universitarios, el SEU, al que se pertenecía obligatoriamente. De los cuadros del SEU surgirán los protagonistas de la historia de España en los 60 y 70. La cuestión es que había un problema a la cabeza de ese sindicato, porque las jóvenes generaciones se identificaban cada vez menos con los que mandaban y habían ganado la guerra civil. En concreto un tal Aparicio Bernal que dirigía dicho sindicato en 1961 tenía que lidiar con tres "facciones" dentro de la universidad española: los que seguían el original falangismo de José Antonio Primo de Rivera, los que querían que el sindicato solucionara los típicos problemas estudiantiles de comedores universitarios y similares y los de la "tercera fuerza", que entonces eran los estudiantes afines al Opus Dei, que querían conseguir adeptos como es norma hablando mucho de una "nueva espiritualidad".
Me ha llamado la atención que según Gregorio Morán, Florencio Sánchez Bella llegó en 1961 a Sevilla y se entrevistó con Ramón Cercós, entonces joven numerario con una beca Humboldt nada menos. ¿Era ya cura Florencio Sánchez Bella? es mi pregunta, ¿ocupaba ya entonces algún cargo en el gobierno opusino de España? Lo digo por aquello de que "la Obra no se mete en política", según este libro Sánchez Bella le dijo a Ramón Cercós que debía dar la batalla contra Aparicio Bernal, ya que en su calidad de jefe nacional del SEU no era capaz de cortar las críticas a la sacrosanta universidad de Navarra. Ni siquiera era porque "Bernal hubiera criticado"...
Cercós se alió con Alejandro Rojas Marcos, más tarde fundador del partido socialistas andaluz y alcalde de Sevilla, para dar la batalla. Organizaron expediciones desde Sevilla a otras universidades española (Santiago, Salamanca; Oviedo...) con el fin de soliviantar al personal contra la dirección del sindicato. La historia continúa, y si el Opus Dei por medio de Sánchez Bella había dado orden de "dar guerra", termina cuando el gobernador civil de Sevilla, Hermenegildo Altozano ¿también numerario? llama a su despacho a Rafael Cercós y lo echa de la provincia por revoltoso. Antes del verano el propio gobernador le informa de que ha dejado de ser jefe del SEU. A la sazón la orden venía de arriba, de Herrero Tejedor, vicesecretario general del Movimiento y supernumerario del Opus Dei.
Da toda la impresión de que en España se vivía la política ficción y el sindicalismo ficción. A veces parece que no lo hemos superado.
Pero mi pregunta es si en aquella época Sánchez Bella ya era cura con mando en plaza o en calidad de qué se presentó a decirle a ese tal Ramón Cercós lo que tenía que hacer en la universidad. También me gustaría saber qué fue de este tal Cercós, si siguió en el Opus Dei o lo dejó, y si alguien sabe de todos esos numerarios o super o cooperadores nombrados en el libro que quedaron más en segunda fila, qué fue de ellos ¿Acabaron sus días dentro del Opus Dei?
Por enlazar con los militares del principio de este escrito, Alfonso Armada, octogenario cultivador de camelias, es un general español que quedó como uno de los responsables del último intento de golpe de estado que hemos tenido en España, en febrero de 1981. Me parece que este señor, mano derecha del rey Juan Carlos I durante mucho tiempo, nunca ha ocultado su pertenencia al Opus Dei como supernumerario.
Ana Azanza
