Esta es una definición que me creo de las más difíciles y de matices muy sutiles... Me acuerdo de unas cuantas tertulias con sacerdotes capacitados donde resultó que no es nada fácil llegar definitivamente a decir qué es una secta. Pero la lectura de muchos escritos de OpusLibros y algunas reflexiones me han dado lo que creo ser una buena definición... o mejor, una buena señal.

Creo que lo que distingue una entidad religiosa genuina de una secta es objetivamente su finalidad: si dicha entidad se coloca o se tiene a sí misma como fin principal do todo su quehacer, ES una secta. La Iglesia Católica no es una secta porque su finalidad no estriba en ella misma... por eso sigue teniendo colegios en países no cristianos por años y años, lo mismo sin bautizos, conversiones, etc. Se centra en el servicio a Dios y los demás (mírese el ejemplo de las Hermanas de la Caridad, donde no existe ningún rastro de proselitismo en sus principales quehaceres); su finalidad la trasciende. Eso no impide que puedan existir entidades sectarias dentro de la Iglesia Católica... el Opus Dei es muy llamativo porque se erigió a sí mismo en su finalidad –“Hacer el Opus Dei”- los fines corporativos son lo primero y se llega a decir incluso que quien imparte la dirección espiritual es el mismo Opus Dei, no una persona determinada (esto me creo es una originalidad en la Historia de la Iglesia). De ahí salen los daños mayores causados a las almas, la falta de caridad cuando el bien corporativo se estrella con el individual y la falta de verdadera rectitud de intención. Se dice incluso que "servir a la Obra es servir a la Iglesia", cosa que no me parece ser verdadera por que la finalidad de la Obra es muy distinta de la de la Iglesia... al menos en su praxis objetiva.

Es solo una reflexión... ¿alguien quiere añadir algo más?

Es verdad que la Iglesia no es una secta, pero el Opus Dei es... ¡sectario!

NOTA: Además, se está volviendo cismático... al no obedecer a las determinaciones del Papa y de la Santa Sede sobre los cambios necesarios en la dirección espiritual. ¡Ya ha pasado un año!

KIPEPEO