Alguien ha escrito en esta web que el Opus Dei no es una secta por ser una institución de la Iglesia Católica.

Efectivamente, el Opus Dei es una prelatura de la Iglesia católica (nadie sabe hoy en día qué es un prelatura).

El Opus Dei forma parte de la Iglesia católica, pero en su praxis de funcionamiento interno y externo utiliza medios y métodos propios de una secta. Sin que la lista sea exhaustiva:

1. No respetan los derechos civiles. Trabajan para la organización cientos de personas que no han cotizado nunca a la seguridad social.

2. No respetan el secreto de oficio y se viola sistemáticamente lo escuchado en la dirección espiritual. Los directores utilizan para el gobierno la información que obtienen de la dirección espiritual (también con los sacerdotes). Lo que se cuenta confidencialmente a una persona del Opus Dei acaba siendo conocido y manoseado por los distintos estamentos de la cadena de mando hasta llegar a la sede central en Roma. El control y la presión que se ejerce sobre las conciencias es tan absoluto que anulan la libertad de las personas.

3. Ya no están en comunión con la Iglesia. La dirección espiritual es impuesta y nunca libre. De los sacerdotes que no pertenecen a la institución se dice que son “malos pastores” para los miembros del opus dei.

4. Actúan como sociedad secreta. La Jerarquía sólo conoce los estatutos de la Prelatura, no las verdaderas reglas, normas, praxis que realmente rigen la vida de los miembros, que no han sido publicadas.

5. Practican un proselitismo voraz con menores de edad en el que el fin (conseguir vocaciones) justifica los medios (coacciones, engaño, violencia psicológica, persecución, acoso, miedo, abuso de autoridad, etc.)

6. Las personas que entraron en la institución y enfermaron psíquicamente se cuentan por centenares, así como los que la abandonaron en unas condiciones mentales y personales deplorables.

7. Camuflan sus actividades a través de sociedades pantalla, colegios, fundaciones, etc., que utilizan como “instrumentos apostólicos”.

8. Quienes se desvinculan de la institución después de muchos años de servicio suelen hacerlo sin patrimonio y sin currículo (no tienen nada y no son nadie).

9. Hay una minoría selecta dentro del grupo (los directivos que llegan a las delegaciones y asesorías, y el Prelado) que viven con todo lujo de detalles (el prelado es cliente habitual de las marcas Mercedes y Audi), un exquisito plantel de personal a su entero servicio –durante muchos años sin contratos y sin seguros-, y un tren de vida desmesurado.

10. Los célibes que viven en comunidad lo hacen en un raro ambiente de incomunicación y aislamiento personal y afectivo que provoca tantas personalidades inmaduras y deformes.

11. La historia del Opus Dei está en continuo proceso de elaboración, reelaboración y falsificación. Recientemente se ha sabido que “documentos fundacionales” como las instrucciones están antedatadas (es decir, que el fundador después de escribirlas les puso una fecha muy anterior a la de la redacción real, para lo que contó con la ayuda de colaboradores). Protagonistas de aventuras e historias que se cuentan en el libro “El hombre de Villa Tevere” niegan la veracidad de algunos relatos ahí recogidos y la desfiguración exagerada de otros.

De lo anterior dan fe los miles de testimonios que hay de personas que han vivido y sufrido en este habitat, y entre ellos, muchos que han sido directores de la organización y conocen bien la historia real y los tejemanejes internos. Son experiencias vitales desastrosas y dolorosas y sus testimonios, bien lo sabe Dios, son verdaderos. ¿Prelatura de la Iglesia católica? Sí. ¿Modus operandi sectarios? También.

Ber Nardo.