Supernumerarias
Pimpinela escarlata, 17 de enero de 2011
Al hilo de lo dicho por leles6 y Salypimienta, añadiría más datos, sobre las supernumerarias. Durante varios años estuve en consejos locales de supernumerarias y viví el ser testigo de sus grandes problemas para poder compaginar sus vidas, su trabajo profesional y su labor como amas de casa, con su marido y sus hijos.
Si estabas con supernumerarias jóvenes, solteras, muchas con novio, tenias que darles charlas sobre las relaciones afectivas con él; explicarles todo el temario de las relaciones prematrimoniales, que muchas tenían, hablo de la década de los 60. Como dije en otro escrito, lo que hacía era enviarlas a confesar fuera del centro, con sacerdotes de la obra, pero sin decir ni nombre personal ni a qué centro pertenecían. Si les enviaba a confesar era por haber tenido esas relaciones. Y de que nunca informé en toda la cadena de mando. Les abría la puerta a la confianza, a volver a empezar, a madurar y también a que se diesen cuenta de que tenían que vivir la castidad, pues era incongruente ser supernumerarias y hacer lo que hacían ya muchas parejas de novios, que no eran de la obra o ni siquiera practicaban...
La situación, se normalizaba, al casarse. Si el era supernumerario, había problemas, pues no era fácil compaginar como dice leles6, la vida de dos personas, y cuando venían los hijos todavía era peor.
En el tiempo que estuve con supernumerarias, me encontré con casos diversos, entre las supernumerarias solteras:
a) Quien había abortado y no había dicho nada, pero se sinceró conmigo en una convivencia, esto era para nota. Seguí el mismo camino dicho anteriormente. En esa época, ese pecado sólo era perdonado (me imagino que sigue igual), por el Penitenciario de la Catedral de la ciudad donde vivía esta persona y tenía que haber gran arrepentimiento por parte de ella. Me pidió que la acompañase y así lo hice, no le pregunté nada; salió tranquila del confesionario. Posteriormente, inició una vida mucho más unida a Dios. Con el tiempo se casó con un supernumerario, al que dijo su vida anterior, y él reaccionó como un caballero. Tuvieron varios hijos. Nunca supe más de ellos.
b) Quien había tenido relaciones prematrimoniales. Ya explicado anteriormente, en la introducción.
c) Quien era supernumeraria, profesional, sin novio. Un sacerdote de la obra, hizo de celestina y le presentó a un ex numerario, que estaban tratando para ser supernumerario. Con el tiempo me enteré que varios sacerdotes ejercían de celestinas, siempre protegiendo a los pobrecitos ex numerarios. No recuerdo ningún caso que fuera al revés, ayuda a las pobrecitas ex numerarias. Algunos matrimonios salieron bien, la mayoría fatal. Ellos estaban psíquicamente muy enfermos, obsesionados con el sexo.
Supernumerarias casadas. Sus problemas. Algunos casos sangrantes.
d) Matrimonio de supernumerarios, que él estaba mal psíquicamente y le daba por el fetichismo y tener hijos a montones, cada nueve meses. Cuando la conocí, ya iban por el octavo, y nueve años de casados. Nunca supe más de ellos. Ella estaba consumida.
e) Matrimonios de supernumerarios, de edad sobre los 50-55 años, casados unos 30. Ellos con problemas de andropausia, y que les gustaban las mujeres ya más jóvenes, hacer footing, etc., y si la esposa era morena, le gustaban las rubias, etc… casos que se estudian en medicina.
Abuso económico hacia supernumerarias con gran poder adquisitivo, por parte de directoras de centros de supernumerarias:
f) Centros de numerarias que trataban a supernumerarias de alto standing, a las que se sableaba a base de bien; lo mismo les pedían dinero para un centro de niñas de la labor de san Rafael, que para una nueva labor fuera de España. Hasta, a veces, de sus viajes traían desde cajas de ostras hasta dulces muy caros que se tomaban con gran regocijo en las tertulias y aperitivos, pues a las numerarias les encantaban estos manjares.
Dirección de supernumerarias por parte de numerarias jóvenes recién salidas del centro de estudios y con poco sentido común.
g) Numerarias muy jóvenes, a las que pusieron de directoras de supernumerarias casadas, cooperadoras y simpatizantes, recuerdo un caso, que nos contaron en una charla sobre la labor de san Gabriel, y el sentido común que se tenía que tener sobre el tema de los hijos.
Había una vez una numeraria de unos 24 años, que atendía a una simpatizante de la obra, que tenía ya seis hijos, acababa de nacer el sexto y la numeraria le dice que tiene que ser generosa y que tenía que ir a por el séptimo. Esta simpatizante, que todavía no era ni cooperadora, la mandó a hacer gárgaras, y no volvió nunca más por ningún centro de la obra.
Obligaciones y despitajes
h) He conocido a muchas supernumerarias que se marcharon, pues acabaron hasta el gorro de sus obligaciones, y en esto le doy toda la razón a leles6 y a Salypimienta. La mayoría de las numerarias o agregadas que atendían a supernumerarias, así como las celadoras supernumerarias, eran muy rígidas en las exigencias con ellas. Algunas no entiendo cómo pudieron perseverar tantos años.
Misoginia
i) El problema matrimonial de supernumerarias casadas con quien no era de la obra e incluso con supernumerarios, y que no entendían nada de la “vocación de su mujer”, eran muy egoístas en el matrimonio. Eran un desastre como parejas, totalmente misóginos, utilizaban a su pareja para disfrute personal, sin poner sentimientos. Esta situación sigue existiendo no sólo en parejas de personas de la obra, sino en toda la sociedad. No se ha avanzado prácticamente nada.
De momento, dejo las experiencias que he tenido y las que me han contado, hace muchísimos años, con la labor con supernumerarias.
Pimpinela escarlata
