Cuando el mandato de actual prelado del Opus Dei se analice con la suficiente distancia histórica se comprobarán logros tan sonoros como:
1.- Que el Opus Dei se ha apartado del mundo y se vive "como en tiempos de nuestro Padre", es decir aislados y anclados en una mentalidad, modos y maneras de la España franquista de la post Guerra Civil Española.
2.- Que el Opus Dei se ha apartado de la Iglesia Católica por las prácticas espirituales ilegales e inmorales que utiliza, conocidas ya por la Jerarquía y el Papa.
3.- Que multitud de personas se han apartado del Opus Dei por la instrumentalización de Dios, de la santidad, y por el daño que origina.
Posiblemente una de las múltiples razones de la desastrosa gestión esté en su falta de preparación para el cargo que desempeña o de su inadaptación al mismo. Del Portillo, con sus luces y sombras, fue una personalidad de gran altura intelectual y con dotes de gobierno. Echevarría se escabulló hasta de la mili (obligatoria "en tiempos de nuestro Padre"). Lamentable es que sus estudios civiles y eclesiásticos los hiciera mientras vigilaba obreros en la oscuridad de Villa Tevere, cargaba de tinta las plumas del Fundador o le ordenaba el armario. Los libros de espiritualidad que ha publicado -todos en los últimos años y a una velocidad que ni los más ingeniosos padres de la Iglesia han hecho- indudablemente se los han debido de escribir. Y es que de la noche a la mañana pasó de ser el temido "Javi" a ostentar el rimbombante título de Mons. Javier Echevarría, Obispo Prelado de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y Opus Dei.
VSM