Cine y Opus Dei.- Nicanor
Fecha Wednesday, 05 January 2011
Tema 060. Libertad, coacción, control


Pillé por casualidad una interesante película dirigida por Kart Wimmer: “Equilibrium”. Ciertamente no apta para fieles de la Prelatura por la semejanza con ella. Quedé sorprendido por la similitud con “Un Mundo Feliz” de Huxley y de “Matrix” de los Wachowski. Esta última fue ampliamente disertada por la revista de la Universidad de Navarra “Nuestro Tiempo” que, en el Centro de Estudios la llamábamos “Vuestro Tiempo” hasta que llegó la “Bendita Corrección Fraterna” para devolverle su nombre original. Pero no nos detengamos. “Equilibrium” revela lo que deviene en todos los tipos de totalitarismos, la mixtura de religión y política. Tras la tercera guerra mundial, la sociedad tiene que regenerarse en un nuevo mundo que destierre la maldad inherente del ser humano: los sentimientos.

 

El patriarca de esta nueva sociedad será llamado “El Padre”, y “Los Clérigos” los encargados de cuidar “el carisma fundacional” de cualquier modo. Más allá de las balas y las artes marciales, la coincidencia histórica de este tipo de grupos u organizaciones – Opus Dei incluido – es una constante de las nuevas formas mesiánicas. Mientras la disfrutaba recordaba muchas cosas: el empleo de la sustancia “Equilibrium” cada cierto tiempo para mantener la cordura dentro de la sociedad perfecta (normas y costumbres), la vigilancia “fraterna” para mantener el “buen espíritu” entre padres (supernumerarios rindiendo cuentas a los Directores de sus hijos), hijos (chicos del Club rindiendo cuentas a sus preceptores de sus padres y familia) y colegas (en obras corporativas o labores personales donde los cooperadores han de rendir cuentas del comportamiento de sus colegas) y la extraña desaparición de los “rebeldes” (los que abandonan la Prelatura) que, aunque hoy en día no son carbonizados, quedan separados, enterrados en vida o difamados.

 

Así pues “El Padre” mantiene la sociedad en la línea de sus convicciones mediante un constante “bombardeo” de ideas a través de la repetición exhaustiva de las mismas (“el mejor modo que las ideas se queden grabadas es repetirlas una tras otra vez” diría Escrivá) y, mediante palabras e imágenes mostrará a niños, jóvenes y adultos la verdad de lo proclamado: la sociedad tiene que ser liberada de la maldad, ¿Santificada?, a través de la purificación, ¿Holocausto de sí mismo?, mediante el control total, ¿Dirección Espiritual?, ¿Medios de Formación?, No importando la moralidad de los medios que quedan excusados porque todo es “Omnia in bonum ad maioren Dei Gloriam” (Todo es para bien para la mayor Gloria de Dios).

 

Trataré de no narrar el inesperado final donde el traidor es el cojo. Aunque no comparto la visión del Director en el desenlace, la similitud no deja de asombrarme que, las ansias de servir, nos llevan a caer en este tipo de seducciones.

 

Nicanor Wong

nicanor.wong@gmail.com









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