Doy fe de ello porque fue mi caso.Contestando a EBE.- Mediterráneo
Fecha Monday, 03 January 2011
Tema 105. Psiquiatría: problemas y praxis


El Opus Dei quiere disociar vocación y depresión. Dicha tarea la lleva a cabo mediante el muro de los psicofármacos, que divide las aguas. Una cosa es la depresión y otra la vocación. Y si un paciente habla de asociar los términos, el psiquiatra deriva el asunto inmediatamente a los directores del Opus Dei, con toda naturalidad y sin cuestionarse la violación del secreto profesional, porque -dentro de su moral- primero está la obediencia al Opus Dei. (de EBE: ¿Depresión o Angustia?)

Doy fe de ello porque fue mi caso. A finales de los 80 y principios de los 90 no había muchos psiquiatras de la peña, en Barcelona por lo menos había sólo uno, se le llamaba a menudo a programas de televisión y era toda una “autoridad” en la materia. Prescribía curas de sueño (en concreto vi a dos numerarias del centro que yo administraba durmiendo 48 y 72 horas seguidas) y otras lindezas, todo con el beneplácito de directores y directoras y sacerdotes y secretarios y vicarios y consiliarios.

Yo fui a verle durante unos seis meses. En la primera visita me hizo un test (el Roschach famoso), dijo que mi índice de suicido doblaba el valor normal y me extendió una receta, x pastillitas cada día. Aquello me provocaba una sed dantesca, llegaba a beber 3 litros de líquido en una tarde, y esto, unido a la aprensión descomunal que sentía hacia este tipo de fármacos y al pánico atroz, auténtico terror, que me invadía cuando pensaba que esa medicación podía afectar al normal funcionamiento de mi coco, me hicieron dejarla a los tres días. Al hombre ese no le gustó nada mi decisión, ahora pienso si debía sospechar que sería menos fácil de controlar sin medicación, pero en aquel momento no pensé nada.

Por supuesto, como al médico “nunca vamos solos porque somos una familia”, yo iba con la persona con la que hacía la charla, que pasaba después de mí a hablar con él. A cualquiera menos estúpid@, ingenu@ e inocente que yo esto le hubiera olido a chamusquina, pero como servidora es primer premio de gilipollez, pues lo aceptaba tan normal. Este hombre contaba punto por punto a mi acompañante TODO lo que yo le decía, todito entero.

Un día la fulanita metió la pata y me preguntó algo que yo sólo había contado al hombre ese, así que en la siguiente sesión le pregunté, a bocajarro, si él contaba algo. Dijo que sí sin que se le alterase un solo pelo. Le pregunté “¿y el secreto profesional?” y contestó, igual de inalterable, que creía que yo le había dado permiso para contar lo que fuera. Le dije “pues fíjese que no, así que usted y yo hemos terminado”, me despedí y ahí acabó mi experiencia.

Pasados unos meses, mi hermano (supernumerario en aquel entonces) pasaba por un mal momento en su matrimonio y le aconsejaron muy encarecidamente que fuera a ver a ese mismo tipo. Como sabía que yo había sido paciente suya, mi hermano me preguntó si era de fiar y yo le dije que era más de fiar el diablo que viniera de visita que él y que tuviera cuidado porque no vivía el secreto profesional. Cuando en la sv se enteraron de lo que yo había dicho le dijeron a mi hermano que tenía que confesarme “de calumnia, falso testimonio, difamación y murmuración, con un sacerdote de casa que pudiera juzgar la gravedad del asunto”. Mi hermano se fiaba –y se fía– de mí más que de toda la peña junta con escrivá al frente, así que jamás fue.

Con el paso del tiempo ese sujeto empezó a perder influencia, aparecieron otros psiquiatras y él y sus métodos quedaron relegados si no al olvido sí a un plano muy secundario. Ni siquiera sé si sigue en activo hoy en día.

Gracias a Dios, yo salí con bien de la experiencia. No es el caso de muchas otras personas a las que empastilló durante años y años, o aplicó tratamientos dignos de cualquier dictadura. Y nadie dijo jamás ni una palabra, jamás se le pidieron responsabilidades, jamás se informó al colegio de médicos.

En la mafia, a esa práctica se la llama “omertà”.

Qué suerte tengo de poder contarlo.

Mediterráneo









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