Sin hacerme el pesado...
Santa Catalina Volpicelli, (1839) primero se asoció a la Orden Franciscana Seglar. La dejó. Después siguiendo sus indicaciones interiores -y siempre guiada por sus confesores- se incorporó a las Adoradoras Perpetuas de Jesús Sacramentado. Lo dejó. Escuchando a su interior, y también seguiendo a sus confesores, se hace Celadora del naciente Apostolado para la Oración. Y todavia un paso más... Finalmente fundó, junto a otras celadoras, -y la guía de su confesor-, el Instituto "Esclavas del S. Corazón", familia religiosa aprobada por Leon XIII en 1890.
Menos mal que había confesores de esa talla, que no condenaban a nadie por cambiar de camino, como se hace en el Opus Dei.
Con este testimonio, cabe recordar -una vez mas- que la Iglesia ha canonizado a muchas personas que han "dejado una vocación" para seguir otros caminos.
Para los que quedáis en el Opus Dei: la condena del fundador, secundada por Alvaro del Portillo, sigue vigente. Los que se van son "endemoniados,.. unos Judas, traidores a Cristo,.. a las almas,.. y a la Iglesia". ¡Así es la vida chicos!
Hormiguita