¿Cómo pasar de una vocación a otra?.- Nicanor
Fecha Monday, 27 December 2010
Tema 070. Costumbres y Praxis


¿Cómo pasar de una vocación a otra?

Nicanor, 27 de diciembre de 2010

 

 

Charlando con un amigo de la Prelatura me preguntaba si podía ir de regreso, es decir, “bajar de rango”. Será el caso de un “numerario” que quiera pasar a ser “agregado”, un agregado a “cooperador”, un “super numerario” a “chico de la labor de San Rafael”.

 

Escrivá no empleará el término de “rangos” sino “diversidad de vocaciones” que las otorga… ¿Dios? Si bien la vocación al Opus es de Dios, la selección de la misma en la modalidad Small, Médium o Large es asunto del Consejo Local porque “todos han de vivir la misma entrega” por tanto, no es de incumbencia de quien solicita ser admitido en alguna de las distintas vocaciones que tiene el Opus porque todos “pitan” con las mismas exigencias. Lo curioso de esta paradoja es que nadie “pita” de supernumerario a los 14 años ni de numerario a los 55. Las reglas las definió ya el mismo Josemaría en razón al carácter. Las indicaciones del modo de hacer apostolado indican que es preferible plantear la vocación a chicos de menor edad porque son más “dóciles” que los de mayor edad por “tener el carácter más formado”...



Pero vamos al grano ¿Y si quiero volver a ser un chico de San Rafael? Es decir, renunciar a mi “contrato” como numerario pero mantener mi relación con el Opus. En este sentido dos anécdotas. La primera de un chico al cual seguía para su pitaje y, aunque no me satisfacía como numerario en Consejo Local decidimos darle carta porque el Cardenal lo sugirió. Al poco el chico no guardaba la santa discreción de mantener en reserva su llamado, entre otras cosas. En reunión del Consejo vimos conveniente “darle de baja”. Como está indicado y nunca supe el porqué, cuando uno no persevera por cualquier motivo “no conviene” que siga yendo por el mismo centro sino por otro o sea atendido en horas en las que no haya “labor”. Este caso era excepcional porque sólo había un Centro. Me sorprendió que el cura, su mejor “amigo” dijera “que ya no vuelva y se le trate desde fuera”. Lo peor era que se me asignó la tarea de decírselo a mí y no a su cura “amigo”. El lector tendrá que saber que los curas no hacen proselitismo sino que es labor de los numerarios pero en la vida real son los que pasan la información necesaria para saber si un alma ya está blandita para lanzar el dardo vocacional o “pestilente” para darle todas las facilidades de marcharse. Para suerte del muchacho y a mi insistencia, el chico siguió yendo por el Centro con la salvedad que no se mencione nada de su pertenencia a la Prelatura.

 

Pero sigo: este numerario quiere dejar de serlo y volver a San Rafael. Si bien ya lo tiene decidido las dos vías llevan por el mismo camino. Puede no renovar el 19 de marzo y luego explicar los motivos, rezar a todos los santos para que intercedan por él y le dejen en seguir yendo por algún Centro de la Obra. En mi experiencia se les convence que deben seguir en el camino que Dios ha elegido “in aeternum” para ellos y lo de la no renovación del 19 pasa a ser un trámite que se resuelve vía comunicaciones internas. De ser obstinado el muchacho la Prelatura se pondrá dura: si te quieres ir, te vas para no volver hasta dentro de unos años. Se le indicará qué sacerdote y en qué parroquia podrá encontrar uno pero que no pise un Centro nunca más hasta que tenga hijos y pueda ser admitido como cooperador o supernumerario siempre y cuando tenga el estatus suficiente como para hacerle el seguimiento. De lo contrario “bon voyage”.

 

En resumen, no hay salida. Una vez que la bolita de la ruleta entra a su casillero, de allí no sale ni aunque Cristo descienda de la Cruz. Pero hay una tercera salida: mentir. Fingir que en verdad no se tiene vocación, que hay dudas constantes y que se tuvo intención de ser religioso (franciscano, dominico, agustino, etc.,) o fue postulante a alguna Congregación. El lector habrá de saber que los ex novicios están prohibidos de pertenecer a la Prelatura. Otro argumento fuerte es haber participado directamente de un aborto o mantenido relaciones sexuales (en caso de numerarios o agregados) ¡Pero vamos! Mejor decir hasta acá llego y punto.

 

Lamentablemente una vez “empujadas las puertas para entrar” – que parecen estar sumamente aceitadas de modo que el que no cae resbala – es casi imposible salir. No puedo dar otro consejo porque no conozco otro. De todas las solicitudes que recibía en las Confidencias para no perseverar todas eran rechazadas hasta que el solicitante culminaba por “escaparse”. Y, una vez fuera, ya no puede pisar nuevamente un Centro. Si el disidente lo solicita, puede mantener contacto con algún Director Regional y, varios años después – si perseveran en su solicitud – ser admitidos como cooperadores y luego como supernumerarios.

 

Nicanor Wong

nicanor.wong@gmail.com  







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