Las-cosas-son ASI-y-NO-de-OTRA-manera.- Salvador
Fecha Monday, 27 December 2010
Tema 110. Aspectos jurídicos


Estimado Bienvenido,

 

Tu generosa contestación me ratifica en la hipótesis  -o alguna variante de la misma- que escribí en mi correo, pues, como comentas, la expulsión (dimissio en latín) de un sacerdote del entonces instituto secular implicaba la ratificación de la Santa Sede, cosa que, coincidimos, en el caso que nos ocupa, no sucedió.

 

El periodista Antoni Bassas que entrevistaba a Panikkar una vez al mes, durante diez años, en su programa de radio (el Matí de Catalunya Radio) publicó un libro con algunas de las intervenciones, siempre a modo de entrevista. En la introducción Raimon desgrana datos biográficos. Dice que volvió de la India porque “l’Opus em crida per anar a Roma (…) m’hi vaig estar dos anys, fins que em van aconsellar sortir de l’Opus”, lo que confirma nuestra hipótesis...



Imaginemos que sanjosemaría, independientemente de algún pretexto, entendiese que se le debía aplicar la norma 123 de sus constituciones (“al miembro, si estuviese ordenado in sacris, que ha sido despedido por alguno de los delitos de los que se trata en el citado canon 646, o por otro que este en derecho castigado con infamia jurídica o deposición o degradación, se le prohíbe a perpetuidad el hábito eclesiástico”). El canon 646 del Código canónico al que hace referencia establece que “se han de considerar como legítimamente dimitido ipso facto los religiosos: 1.- Los apóstatas públicos de la fe católica”. 2.- El religioso que se fuga con una mujer (o la inversa) 3.- los que atenten contraer o contraen matrimonio aunque sea solo vinculo civil”.

 

Es decir, que pensase que declarar públicamente eso de “me fui cristiano a la India y volví hinduista y budista sin dejar de ser cristiano” era una apostasía pública. En el libro de Bassas, Raimon continua: “recuerdo una conversación privada con el Papa Pablo VI, que, por cierto, puedo decir que me quería mucho. (naturalmente, con la cortesía debida, y diciendo que me lo preguntaba a mi mismo) le dije: “me pregunto si para ser católico, se ha de ser espiritualmente semita e intelectualmente griego”. La respuesta era, y continua siendo, que sí, pero él no me la dio. Sonrió y tiró pelotas fuera, llenándome de alabanzas”.

 

“Pensamos como semitas. Tenemos un pensamiento histórico, lineal, racional y científico, falto de misticismo y simbolismo oriental. Y la realidad es también histórica, pero no solo. Y si la iglesia quiere ser católica, es decir, universal, tiene que abrirse a otras fuentes”.

 

El sistema cultural de la Obra no permitía esa apertura.  El armazón cultural de la "ortodoxia" que conocí – y que sigo viendo en muchos casos- consiste, entre otras cosas, en la absolutización de un original que se convierte no solo en modelo (cosa en cierto punto admisible) sino en criterio hermenéutico (cosa insostenible).

 

Veamos su "argumentación". En la encíclica de Pablo VI "mysterium Fidei" de 1965 se formula muy bien : "la Iglesia...durante siglos ha establecido, con cuidado y con la ayuda del Espíritu Santo, una norma de lenguaje (...) Esta norma (...) debe preservarse religiosamente, y que nadie pretenda cambiarla según su capricho o bajo el pretexto de una ciencia nueva...estas fórmulas (se entiende que dogmáticasexpresan conceptos que no están vinculados a ninguna forma ni a ninguna fase particular de la cultura humana (...) están adaptadas a los hombres de todos los tiempos y de todos los lugares".

 

Lo único cierto, como cualquier persona de sentido común puede corroborar, es que toda terminología es una cristalización de un sistema cultural, y que no hay culturas universales ("todos los tiempos y todos los lugares") sino que, por definición, las culturas son variables e históricas. Estos "ortodoxos" nos tachan de relativistas.

 

En definitiva, lo que decían esos ortodoxos es que las cosas-son-así-y-no-de-otro-modo (ahora y siempre) lo que desembocaba en una rigidez que impide cualquier convivencia y comunicación.

 

Pero en la Obra la reducción de la ortodoxia, no olvidemos que esa ortodoxia no era más que una ortodoxia cultural, alcanzaba casi todos los ámbitos. Recordemos, por ejemplo, las siguientes "normas de lenguaje":

 

a).- ¿Puede ser santa una mujer que lleve pantalones?. La respuesta que daba la Obra (instituto secular): en teoría sí, en la práctica, no. O sea que no. El referente cultural de la feminidad "decente" regía sobre cualquier individualidad o situación.

 

b).- ¿Puede llevar un numerario el pelo largo (me refiero a la década de los 70)? La respuesta es que no podía llevar el pelo por debaj de la oreja. Aquí, dudo sobre cuál era el referente cultural aplicable.  Pensaba que el motivo era la asociación cultural a una posición progresista. Pero también oí el comentario de parecer algo afeminado. En efecto, las nenas, los calzonazos, los gallinas y los maricones, como hombres que no respondían a la masculinidad hegemónica (un referente cultural al fin y al cabo) no podían ser compañeros en busca del Reino. También es cierto que no se admitía el exhibicionismo pectoral (otro referente cultural de la masculinidad) y era inimaginable la variante del marino Popeye (ajustada camiseta portuaria sin mangas exhibiendo bíceps culturistas).

 

En definitiva, el referente cultural respecto al cuerpo, era el de un cuerpo imaginario funcional, y discreto; algo así como un cuerpo sin atributos. Por eso quien tenía tara física tampoco podía ser de la Obra.

 

* Soy catalán y norteamericano. La respuesta: no es comparable. En todo caso, la cuestión sería si puedo ser español y norteamericano?

 

-Ahh, ¿mi identidad la marcas tu? ¿Tú me dices quién soy yo?

 

-No se trata de eso, sino que las cosas son como son, no como tú las fijes.

 

Dicho de otra manera, las identidades, en las ortodoxias culturales, son normativas. La identidad no es fruto de lo dado y de tus acciones/opciones sino de lo fijado normativamente (es decir, por lo establecido por una institución). O sea que Raimon Panikkar no podía ser cristiano e hindú, aunque el Papa Pablo VI lo aceptase, porque las-cosas-son ASI-y-NO-de-OTRA-manera. (A lo que se solía añadir: "¿entendido?, pues punto final; no hablemos más").

 

Por último comentarte que cuando leía tu escrito y describes los procedimientos, especialmente en relación a los plazos, tenía la impresión que nunca se han cumplido en ningún supuesto.

 

Muy cordialmente

 

Salvador







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