Recuerdos de hace muchos años… (4).- Pimpinela escarlata
Fecha Monday, 27 December 2010
Tema 010. Testimonios


Confraternización y confesión

 

 

Recuerdo hace muchos años, que una numeraria era la encargada de un curso de retiro para personas que no eran de la Obra, que se celebraba en una casa de campo, medio aislada y lejos del pueblo.

 

Acudieron bastantes señoras, y la casa constaba de varios pabellones que confluían en una placita, y en un edificio independiente estaba el comedor, enorme, donde se daban también las charlas...



Esta numeraria, joven, tenía mucho miedo a los perros y cual no sería su horror cuando vio que estaba suelto uno enorme, paseándose y gruñendo cada vez que iban llegando los coches. Por lo cual, ella no se atrevía a salir del coche y se quedó dentro.

 

En un momento determinado llegó el sacerdote, conduciendo su coche. Y como la numeraria tenía que hablar con él, para los ajustes de horarios, número de personas, temas de las charlas, etc., no tuvo más remedio que salir del coche donde estaba atrincherada. Nada más salir, había segregado tanta adrenalina, que el perro saltó sobre ella y casi cae al suelo, se repuso y huyó de él, y éste detrás, con lo cual ella se acercó al cura y se puso dar vueltas alrededor suyo, el cual intentaba sujetar al perro, y llegó un momento que era tal su miedo, que se abrazó al cura, el cual ni se inmutó, era muy comprensivo, al final acudió el encargado de la casa, ató al perro y todo se fue normalizando.

 

Como es normal, la pobre numeraria, además de pedirle disculpas, casi ni se atrevía a mirarle la cara, de avergonzada que estaba.

 

 La historia no termina aquí, pues al comenzar el próximo curso, este cura fue destinado al centro de dicha numeraria, que nunca quiso confesarse con él, contó la historia en la delegación y pidió permiso para confesarse con otro sacerdote de la Obra, permiso que le fue concedido.

 

¿Cómo transmitía este segundo cura la confesión y dirección espiritual de dicha numeraria al consejo local correspondiente y viceversa? Misterio profundo. Me imagino que con un escrito pertinente, pues no pienso que lo hiciesen a través de la delegación o por teléfono o entrevista personal. Pero nunca se sabe… Y ahora ¿se dan casos parecidos de tener permiso para confesarse con otro sacerdote de la obra?

 

Hasta pronto

 

Pimpinela escarlata

 

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