Hola a todos:

El tema de  los hogares Luminosos y alegres es algo que da para mucho juego. Leí con deleite el escrito de Naranja Agria, de hecho, conozco a varias familias de ése tipo. También leí con menos deleite el escrito de Renard... no termino de comprender a las personas que vienen aquí a platicarnos de las maravillas del opus dei. De hecho, ¡que bueno que su familia es tan luminosa y alegre!, y sobre todo, ¡que buen gusto el venirnos a presumir de que tiene muchos hijos por que tiene la 'picha floja'!, se nota por su finura que viene de un hogar modelo, en el que le enseñaron que era elegantísimo venir a contarle de sus calenturas a los desconocidos, pero ¡en fin!, como decía mi abuela "de todo hay en ésta viña del Señor"...

Por principio, es muy extraño que un hogar sea 'Luminoso y Alegre' cuando los padres de ese hogar o uno de ellos es opus-fiel... bueno, lo normal es que los opusinos tengan hogares muy extraños.

Para comenzar hay que ver que en los hogares de los supernumerarios existe un alto índice de hacinamiento, porque uno está obligado a tener todos los hijos que Dios les mande, que es lo mismo que tener un embarazo cada año. No tener más de 5 hijos se considera casi de mal espíritu, a menos de que se justifique con algún problema médico gravísimo, y aún así no faltará la o el dire que te salga con la frasecita de "ponlo en manos de Dios"... y embarázate otra vez.

Los hogares llenos de hijos son muy divertidos, ¡claro!, pero hay que reconocer que lo normal es que son hogares desordenados, con carencias tanto afectivas, como de atencion y también materiales. Tengo 4 hijos, y creo que les doy bastante atención y afecto, pero si se le preguntara a cualquiera de ellos cómo sería su familia ideal, podría casi jurar que los 4 contestarían que lo ideal sería que ellos (cada uno) fuese hijo único, y que conste que entre ellos se aman -he de reconocer que con amor apache la mayoría de las veces-. Ýo tengo pocos hermanos y la verdad que aunque me la pasé muy divertida, como que me hubiese gustado que fueramos menos para tener más de todo. No quiero pensar lo que pensarán los hijos de multi-familias... y sobre todo las opusinas. Es regla general que las supernumerarias más 'de casa', más  apostólicas, más cumplidoras de normas y más entusiastas de cualquier actividad de la prelatura son precisamente las madres de familias numerosas. Ha de ser porque así se quitan por largos ratos a su latosa prole de encima. 

Conocí muy de cerca a una supernumeraria que tenía el espíritu de la obra grabado a hierro. Su hogar luminoso y alegre era como la sucursal de un centro... tiene 2 hijas y un hijo que cuando los conocí andarían por los 8,5 y 3 años, ahora son todos unos adolescentes. El caso es que esta supernumeraria estaba más loca que una cabra, y el marido, supernumerario también y vividor de normas y praxis estaba igual o peor de orate. Entre los dos decidieron que sus hijos tenían vocación al opus dei desde el preciso momento en que los concibieron (no se esperaron ni a que fueran cigotos para dar el veredito de al vocación) y los educaron en esa línea. Los niños vivían como nunca debe de vivir una criatura. Los obligaban a practicar casi todas las normas del plan de vida, una vez a la semana los hacían hacer una especie de 'emmendatio', es decir, que tenían que confesar una culpa frente a sus padres y hermanos y se les ponía una penitencia. Desde que tenían uso de razón se les forzaba a hacer mortificaciones y ayunos (aquí voy a abrir un gran paréntesis. Creo que una cosa es educar a los hijos a ser templados, a que no se quejen por tonterías y que aprendan a darle al mal tiempo buena cara, y otra, muy diferente y cruel es hacer que una criatura se mortifique de ningún modo) Los convencían de regalar sus juguetes favoritos a los niños pobres para enseñarles el desprendimiento y la generosidad... lo más escandaloso de todo fue una navidad en la que el niño Jesús les dejó de regalo: a la niña mayor un rosario, al niño una cruz de palo y a la pequeña la película de la vida de san Chema en caricaturas. No quisieron salir de su casa hasta muy pasados Reyes, para que no les preguntaran por sus regalos de navidad. En las cenas de Nochebuena acostumbraban rezar... rezar... rezar, cenar cualquier cosita porque "al niñito Jesús le agrada que nos mortifiquemos" y a la cama. Hoy, esos niños con vocación al opus vivieron una entrega diferente a la que pensaban sus padres. La hija mayor es madre soltera a los 17 años, que prefirió entregarse al primero que la trató con un poco de afecto antes que entregarse a 'la madre guapa', el hijo es un rebelde sin causa que se mete en todos los problemas que puede para escandalizar a sus padres y la pequeña es un ser inadaptado que piensa que todo el mundo es pecador y que nadie se va a salvar mas que ella, a la que tuvieron que sacar de la escuela por que ninguna de sus compañeras la tragaba.

Otra historia, diametralmente opuesta es la de los supernumerarios que se llenaron de hijos (14), les va muy mal de dinero porque por más que trabajen, mantener a 14 hijos todos en edad escolar -el mayor 18 el menor 8 meses- es todo un sacrificio. Su casa es lo más parecido a un campo de batalla. Cada quien se las apaña como mejor puede porque la mamá, entre el trabajo, las normas y demás cositas, para lo único que tiene tiempo es para embarazarse... no se a qué hora, debe ser por milagro de san Chema que se embaraza a la hora que la voltea a ver el marido, pero ahi la tienes 14 hijos uno tras otro.  En su casa falta de todo, porque con tantos hijos no alcanza ni la comida, ni la ropa ni nada... pero ellos, los padres, están convencidos de que Dios suple todo, -lo malo es que Dios no sabe ni cocinar, ni hacer tareas escolares ni lavar ropa- y además que premiará su generosidad de traer tantas almas al mundo.

Así las cosas, con ese tipo de hogares "LUMINOSOS Y ALEGRES"... ¿para qué queremos hogares disfuncionales?.

Un abrazo para cada un@.

Salypimienta