La depresión como algo normal.- Mediterráneo
Fecha Friday, 17 December 2010
Tema 105. Psiquiatría: problemas y praxis


Se me ha caído todo al suelo al leer el post de Calandria. Ahora entiendo cosas que me sorprendían de sus escritos y que no veía claras.

Así que éste es el camino al que Dios llama a Calandria y a tantos otros. Un camino que conlleva depresión y pastillas, asumidas ambas cosas como lo más normal y natural del mundo. Más del 50% de quienes viven con Calandria están en la misma situación, más del 50% están enfermas. Y nadie se escandaliza, ni se preocupa, ni le echa dos pensamientos al asunto. “Es la enfermedad de este siglo y como somos el mundo, también la sufrimos”. Y a otra cosa, mariposa.

No sé si algo está cambiando ahí dentro o no, no sé si el prelado forma parte de la solución o del problema (en mis tiempos ya se decía que echevarría estaba en tratamiento psiquiátrico), lo que sí sé es que ningún Dios quiere a alguien fiel pero enfermo, empastillado hasta las orejas. NINGUNA otra institución de la iglesia cuenta con semejante número de enfermos, por favor, ¿cómo es posible que alguien considere que esto es normal? ¿cómo es posible no hacer examen de conciencia e ir a la raíz, a lo que causa semejante epidemia?

Tampoco entiendo que alguien pueda seguir día tras día oyendo hablar de la “alegría de los hijos de Dios” cuando está enfangado en una depresión de mil pares de narices y no reaccionar, excepto en el caso de no existir vida fuera. Y si no se reacciona porque no es posible, entonces sí entiendo que uno se empastille porque es la única manera de que esa vida horrible se haga un poco más llevadera. Y no me refiero a las normas y normitas, reglas y reglitas, me refiero a la desintegración del ideal, a la relación con Dios, a cuando se cae la venda de los ojos y un@ ve en qué farsa está metid@ hasta las orejas, sin posibilidad de cambio y sin solución hasta el día en que Dios decida que ya hay bastante, o hasta el día que un balcón parezca mejor opción que seguir.

Y la pregunta del millón en ese caso es ¿es eso libertad? ¿cuándo no puedes elegir eres libre? ¿cuándo sólo tienes una opción, es eso libertad? ¿Cómo se puede tener la desfachatez de decir que se es libre ahí dentro, cuando uno está ahí porque no puede ir a ninguna otra parte porque no existe otra parte ni puede hacer otra cosa porque no hay nada más que hacer? ¿Cuántos hay así? ¿Cuántos se marcharían si pudieran, si tuvieran un trabajo, un mínimo ingreso, un lugar donde ir? El mero pensamiento hace llorar a las piedras.

Jesús, gracias por mi situación financiera, que es dramática, y por mi situación profesional, que no le anda a la zaga, porque sólo es dinero y trabajo y de eso siempre se sale. Gracias porque hace mucho tiempo cambié el búnker por el aire libre aunque a veces, como ahora, hace un frío que te rilas y la lluvia te empapa y estás destemplado y desprotegido en medio de la tormenta mientras en brunosbuozzis y villasteveres no hay comodidad de la que no disfruten. Gracias porque en aquel momento pude elegir y entre seguridad y libertad, elegí libertad. Gracias, de verdad.

Lo siento mucho, Calandria. Me das mucha pena, muchísima, por la enfermedad y por la visión que tienes de ella. Ojalá pudiera hacerte ver las cosas de otra manera.

Mediterráneo







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