Siento que mi paso por el Opus quedó atrás, muy atrás, lo mismo que por mi vida pasaron el acné juvenil, el paso por la guardería infantil o el primer curso que hiciera en una academia de idiomas. Personalmente, el Opus no me despierta hoy día más interés que los excesos de Marcial Maciel, las noticias de pederastia sacerdotal o si el Obispo de Roma incorpora nuevas tiaras a sus blasones. Suelo leer, sin embargo, las anécdotas de quienes siguen abandonando el Opus, pues me preocupan, eso sí, las personas; me conmueve el sufrimiento de quienes se van y de quienes no encuentran el valor de hacerlo. Quizá aquí, una asociación de "ex", tendría una gran labor de apoyo que hacer, pero ese es otro tema...

Recuerdo que al dejar la Obra decidí cortar radicalmente con la misma y con las charlitas del imbécil del vocal de sm (San Miguel) de turno que me tocó. Entonces, sí tenía una preocupación: no podía creer en el Dios que predicaban allí: un Dios más justiciero que amoroso, más severo que compasivo y todo ello aderezado con las florituras de su padre recogidas en los libros de meditaciones, tales como "no doy un céntimo por el alma de un hijo mío que se marcha", ¿cómo hicieron "santo" a alguien que escribió semejante idea contraria a toda teología sobre los sacramentos, el arrepentimiento y, sobre todo, al valor infinito de la Pasión del Cristo?)

Como siempre, Dios sabe más... de repente, pude redescubrir a un Dios más auténtico, más conforme con la idea del Evangelio que nos dio Cristo. ¿Dónde? Precisamente allí donde tanta grima y urticaria provoca a los acólitos y superacólitos del Opus. ¿Qué en el Opus la espiritualidad de Santa Teresa y San Juan de la Cruz les parecen "clericales"? ¡Zambúllete en Teresa y Juan! ¿Qué en el Opus los grupos ecuménicos pecan de herejía? ¡¡Ve, reza y participa en los mismos!! ¿Qué en el Opus, el modo de orar de Taizé huele a azufre? ¡Busca cualquier grupo de oración de Taizé, donde nadie te invitará a merendar ni al peliculón de la semana, y ponte a orar con sus cantos repetitivos!! Y así sucesivamente.

El Opus, hoy día, me toca las narices -por no redondear-; las personas, una a una, me preocupan mucho. Gracias, Agustina, por opuslibros.

Resopon