Opuslibros - Contestando a Calandria.- Mediterráneo

Calandria, bien regresada.

Mira, Calandria, Janabenito no ha sido más dura que tú al juzgar a muchos de los que escribimos aquí, aventurar que no tenemos vida sobrenatural y un largo etcétera que ya te contesté en diferentes ocasiones.

La diferencia es que Janabenito no pretende ir con la Verdad debajo del brazo, como vais todos en la peña esa, eso en primer lugar, y en segundo, Janabenito habla de SU vivencia. ¿Tú tienes otra? Fenomenal que me parece pero no intentes, desde tu perspectiva “tóermundoégüeno”, entender la desilusión, la tristeza de tanta gente cuando el pretendido ideal se ha venido abajo, cuando la relación con Dios necesita recomponerse porque anda que el Dios que te enseñan ahí dentro tiene tela, cuando ha visto tantas y tantas cosas.

Somos conscientes de que crees que esa peña es de Dios. Somos sabedores de que crees que tu vocación es divina y por encima de Carlos V está el vivir ese espíritu y hacerte santa en medio del mundo y el largo etcétera que suele seguir a esa frase. Allá tú.

Personalmente, no acepto ser “una pesada carga para el Opus Dei” por el mero hecho de escribir aquí, por el mero hecho de ayudar a que esa página exista y alivie el dolor de tantos y tantas. Si a la peña esa no le gusta que existamos, con hacer las cosas mejor y hacernos innecesarios sería suficiente. Si hicierais las cosas bien, si en serio os preocuparais de las personas, no habría razón ni motivo para quejarse y esta página sería inútil. No he visto ninguna página en contra de las Misioneras de la Madre Teresa, ni en contra de las agustinas de clausura, órdenes ambas donde, por cierto, es muy difícil entrar y lo que hacen en lugar de empujarte es ponerte cuantas trabas pueden y saben.

Si somos “una pesada carga”, Calandria, con no visitarnos más estás al cabo de la calle. Si crees que deberíamos desaparecer, con hacernos desaparecer de tus paseos por Internet habría suficiente. No acabo de entender tu afán repetitivo, tu hábito contumaz de leernos y leernos para después decir que no deberíamos existir. ¿Por qué lo haces, en serio? Si tan satisfecha, encantada, segura y divinadelamuerte estás ahí dentro, ¿qué haces aquí? Y no una vez ni cuatro, no, no, que eres una habitual de la página. ¿Por qué?

Hay una frase tuya que me ha encantado porque la has escrito con tanta inocencia que ni te has dado cuenta de lo que estabas diciendo: “Para eso están los directores quienes si lo creen oportuno lo harán según su propio criterio o no lo harán. Es así como funciona el Opus Dei”. NUNCA, las mayúsculas son a propósito, has dicho mayor verdad. Los directores funcionan según su propio criterio, y así mismo van las cosas, y así en verdad funciona la peña esa. No es que no lo sepamos, en nuestras carnes lo vivimos, pero que lo diga alguien de dentro... ¡caramba!

Me alegro de que Agustina te ayudara cuando lo necesitaste. Quisiera simplemente atraer tu atención respecto a dos cosas:
1.- Agustina te escuchó y me atrevo a jurar que respetó en todo momento lo que le decías... ¿cuántos casos a la inversa conoces? Te recuerdo que cuando dejas la peña esa, te has muerto.
2.- Qué pena que necesitaras un hombro fuera de tus “hermanas” y de tu “padre”, lejos de la “madreguapa” y de esa “familia con lazos más fuertes que los de la sangre”. Qué pena, cielo, que tuvieras que buscar fuera el consuelo que esa maravillosísimaobradeunpretendidoDios no sabía darte. Eso sólo debería abrirte lo ojos.

Pues nada, Calandria, hasta más ver.

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