No hay quien lo entienda. (Cap.4 de 'El buen pastor').- Nacho
Fecha Sunday, 23 May 2004
Tema 010. Testimonios



NO HAY QUIEN LO ENTIENDA

Cap.4 de 'El buen pastor'
Enviado por Nacho el 23-5-2004

El 19 de marzo de 1965 me hice de la opus en calidad de numerario en un centro llamado 'General Oráa, 5' y posteriormente 'Velaña', aunque finalmente se abandonó. Ese año no pude ir al 'curso anual' porque mis padres no me dejaron. Eso sí cambié de centro (Vitruvio, 3), cuando querían convertirlo en centro universitrario. Se incorporó conmigo Pepe Masdeu, hoy gran investigador y numerario del opus, que trabajó en Estados Unidos. Había pitado en noviembre de 1964. Los dos éramos los adscritos y no había ninguno más. Yo creo que los jefes del opus pensaban en el milagro de los panes y de los peces. ¡Qué sentido de la trascendencia! Habían puesto un huevo, del que más tarde no salió pollo alguno, como no fuera para abandonar la obra...

Cuando hice mi primer curso de retiro en las Navidades de 1965, al salir, el director del centro (Santos Velasco, hoy sacerdote) me llamó a su despacho. Después de adornar mucho la cosa, me indicó que mi vocación era la de oblato, nombre al que sucedió posteriormente el de agregado (se me olvidaba que antes, solo los dos primeros, Paco Navarro y Rafa Poveda, fueron 'supernumerarios internos'). Ahí estuve a partir del verano de 1966, en que hice mi primera convivencia anual, en compañía de otro que también había pitado en el centro 'Gurtugay' con el nombre de 'numerario'. Este se llamaba Pedro Luis (dejémoslo tranquilo, pues su hijo pitó de numerario y hoy no sé si éste persevera). La sangría que hablé en mi artículo anterior se hizo con él al hacer el servicio militar. ""Se fú", que diría un castizo de Madrid. Quedé yo solo.

Pedro Luis (alías 'Pelu') era uno de los ochenta agregados que estuvimos en el centro 'Recoletos 5'. La sangría (crisis de la obra) se lo llevó por delante. Yo, mientras tanto, me preguntaba: ¿Por qué soy agregado si tengo la carrera universitaria de Derecho?. Nadie me daba respuesta. Años más tarde comencé periodismo, que es a lo que me dedicó ahora y ejerzo desde hace 32 años. Como veis, tengo dos carreras. Si para ser numerario, hay que ser universitario y para ser agregado no se requiere, no se entiende.

Voy a seguir sacando gente de la trastienda del opus. Pues bien, en aquel centro llamado Recoletos 5 (había otro de mayores en Recoletos, 19) había algunos agregados que luego pasaron a numerarios. Este fue el caso de Fernando Campos, que vino a Madrid procedente de Redondela (Galicia) para estudiar ingeniero naval y posteriormente estudió ciencias físicas. Pasado el tiempo pasó a ser numerario. ¿Por qué? La última vez que hablé con él fue mi director en una convivencia de verano en el colegio mayor Ayete de San Sebastián. Había perdido parte del corazón de las peresonas normales. Ya no era el que llamábamos 'Ficus de las Pagodas', a lo que el respondía con un taco.

Un caso curioso fue el de Agustín Guerrero, hoy sacerdote (espero que continúe y no sea uno más de la sangría). Antes de ser agregado, había sido supernumerario. Con el tiempo, pasó a numerario. ¿ Por qué? Nadie lo explicó. Todo se decía con mucho secreto. Aún no me he aclarado. Creo que era ingeniero de Minas. Aquello parecía el ajedrez. ¡Qué saltos daban!

Otros que pasaron a numerarios, siendo agregados fueron SGND, que empezó estudiando Ingeniero de Caminos; Angel Rodríguez de Bodas, que fue enviado a Canadá y el gobierno de este país no le admitió como inmigrante (no sé dónde ha ido, ni si ha abandonado la obra), Julio Montero y Pepe Muñoz, ambos de Tajamar, que no sé si continuan.

Cuando se habla de agregados, la gente se cree que no somos universitarios. Yo tengo derecho y periodismo. En una página anterior dice uno que podían pertenecer los que eran jorobados (solo conoci a Ludolfo, hoy con puesto destacado en la vida pública española, gobernada por socialistas). Unos eran bastante agraciados y algunos de ellos ligaron y se casaron con la mujer que conocieron. Me gustaría que alguien aclarara esto.

En algún momento, se me dijo en la obra, que mis padres me necesitaban (para justificar mi cambio de numerario a agregado). Claro que me necesitaban. Cuando, después de casi 34 años, solicité dedicar más tiempo a mi madre, se me invitó a enviarla a una residencia. Eso sí se nos hablaba de "nuestra madre la obra" y del "dulcísimo precepto" o cuarto mandamiento de la Ley de Dios con nuestros padres. ¿Alguien lo entiende? Yo, no.





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