Desapareces... No has existido ni existes... Nadie pregunta... ¿Se lo ha tragado la tierra?...

Esto es otra de las incógnitas que hay en el opus. Cuando un miembro y más si es numerario deja de pertenecer a la institución, es decir se larga, la única explicación y si es que se les da a los demás miembros que vivían con él, es que estaba enfermo (me refiero a enfermedad psicológica, de esas que no se pueden demostrar)... De eso se trata, de que los demás piensen que el elemento peligroso y nocivo se ha evaporado y es mejor guardar las distancias.

Pero como decía Kaiser en su escrito, estamos en la era de la comunicación. Internet se ha convertido en un serio problema para la prelatura... sí, sí... un grave problema que no se soluciona cortando internet en los centros o que esté en un sitio a la vista de todos. Se tiene acceso a las redes sociales desde la oficina, desde el móvil, desde el portátil en zona wiffi, desde la casa del pitable... En estas redes sociales están apareciendo "ex" con una nueva vida, ¡no están locos!, ¡no se los ha tragado la tierra! Algunos que se han casado y tienen hijos, otros están a punto de hacerlo, otros con trabajo, con amigos nuevos...,  y te puedes comunicar con ellos. Sólo tienes que poner el nombre y los apellidos y... ¡ahí están! Casualidades de la vida que todos coinciden en la realidad de lo que hay fuera, que la vida es muy rica fuera, que la vida sigue fuera.

No se han muerto, ni están en un psiquiátrico, ¡están vivos! funcionando por el mundo. Pero nadie de los que aún siguen dentro de la obra dice nada, ni pregunta. Pero en el fondo quieren saber qué ha sido de ellos, (quizá porque de verdad le apreciaba, otros quizá, por curiosidad y otros por el "morbillo"), pero nunca han preguntado a los directores, ¿por miedo? ¿porque te van a marcar con la cruz de indiscreto? ¿porque no te interesa nada la vida de un hermano tuyo con el que has convivido?

Gracias INTERNET por "resucitar" a los que se fueron.

Chusa