Querida Aslat, y todos los que aún andan de duelo,

He leído tu correo, y he leído con mucha atención lo que ahora tienes en el corazón, y tu vida es muy importante, ¡ya lo creo!, ¿y sabes?, te envidio, ojalá yo hubiera tenido el valor de solucionar algo con una buena pelea, más de una vez me quedé con ganas.

Quiero contarte algo, ayer tuve que sacrificar a mi perro, un precioso coker americano, que tenía la mirada más dulce que te puedas imaginar, durante trece años ha sido mi amigo, mi sombra y me miraba con tanto amor que me anonadaba, yo para él debía de ser perfecta, nunca me dijo (¡menos mal!) que no le gustara. Mi familia nunca me había visto llorar, lloro, pero no delante de ellos. Ayer los asombré, no podía dejar de llorar, pero me di un margen de duelo, hasta las 12 de la noche. Dos de mis nietos me acompañaron a la clínica a dejarlo, luego nos fuimos al mar y los tres lloramos, cuando llegamos a casa reunimos todo lo de él, Charli se llamaba, lo llevamos a los contenedores y lo tiramos, hicimos desaparecer antes de acostarnos todo lo que nos lo recordara, lloramos un poco más y a la cama. Hoy ya no había tristeza, la tristeza va de la mano de la desesperanza, si dolor, lo echaremos de menos, pero no tristeza, los chicos han puesto su foto en un lugar preferente y unas flores del jardín.

Cuando salí del opus reaccioné parecido, me di un tiempo de duelo, una semana, a cambio de quince años ya era demasiado. Lloré, rabié, pataleé y a la semana establecí prioridades, y la primera prioridad era yo, pasé página y me olvidé de ellos. No creo que sea un honor pertenecer al opus, pienso que el verdadero honor es ser hijos de Dios, y Él no falla, seguro. No guardes rencores, ni rabias, da las gracias a Dios si algo aprendiste y olvídalos.

No he podido por tu escrito adivinar la edad que tienes, pero supongo que muy joven. Prepárate para la vida, sé una buena mujer, una mujer honesta, prepárate para lo que la vida te depare, matrimonio o no, hijos o no, siempre habrá un lugar en el que puedas dar amor y dejarte querer y sobre todo sé feliz con lo que tienes, el pasado, pasado, el futuro, ya llegará. Es el precioso presente el que hay que vivir, y al margen de ellos, no los juzgues, tema difícil, aún no estamos cara a cara con Dios, deja que Él decida, y termina tu proceso de duelo, no existen más para ti, ya que tú no existes más para ellos. El duelo ha de ser breve, todos tenemos la necesidad de pasarlo, pero cuanto más breve, menos daño nos hace en la cabeza y en el corazón. Y qué envidia, estoy pensando en dos o tres gordas viejas que les hubiera venido bien un par de tortas, bueno no eran tan gordas y a lo mejor no tan viejas y después de todo tal vez no tenían la culpa de nada y lo mejor yo no tengo valor para devolver el daño.

Janabenito