Hay de todo...- Atodon
Fecha Monday, 29 November 2010
Tema 020. Irse de la Obra


Interesantísimo el escrito de Blood Brother del pasado viernes. Una carta muy biene escrita a un amigo que también está ya en las puertas. Es el fiel reflejo del dolor que puede producir la salida de la Obra después de muchos años... y la lucha por volver a recuperar la propia identidad y el sentido de la vida.

De todas formas, querido Brother, veo necesario escribir también que no siempre las cosas son así. Yo he visto a muchos que -como tú- han sido también machacados psicológicamente en ese proceso que puede durar meses o años antes de irse e incluso una vez "idos". Pero también hay otros -yo me considero de éstos últimos- que nos hemos ido después de más de veinte años dentro y aunque hemos sufrido también al tomar la decisión, el "machaque" no ha sido tan fuerte. Y una vez "idos" hemos podido rehacer la vida lo mejor posible, apoyándonos mucho en la familia y en los buenos amigos (nunca en los de la Obra, no son sensibles a eso...). Y el proceso ha sido bastante rápido, al menos en mi caso, y si me encuentro con alguien de la Obra por la calle (lo cual me sucede con mucha frecuencia) siempre (repito, siempre) me paro a saludar, les obligo a saludar, no me cuesta hacerlo (no sé a ellos) y charlamos dos o tres minutos de nuestras vidas. A mí en el fondo me parece que ellos están deseando que les cuente que me va de maravilla, que disfruto de mi nueva vida, que soy el tio más feliz del mundo y que tengo un trabajo que es la envidia de muchos.

Yo lo pasé muy mal hasta tomar la decisión. Pero una vez tomada, me senti ¡¡tan feliz!! Llevo tres años fuera y no he parado de darle gracias a Dios todos y cada uno de los días que llevo fuera. El primer año que me fui nadie de la Obra me felicitó por mi cumpleaños. No le di la más mínima importancia. Recibí más de 100 mensajes de móvil de amigos felicitándome. Al siguiente año ya me felicitaron bastantes de la Obra. No he vuelto a tener ningún tipo de contacto con ellos en este tiempo ni quiero tenerlo, salvo los saludos por la calle de los que antes hablaba. Son falsos e inhumanos. Si quieren ser maleducados que lo sean ellos. Yo no. Y si algún día me preguntan o me insinúan que por qué no hablo con algún sacerdote, les diré que ya lo hago con el de mi parroquia porque en el momento en el que les necesité a ellos (recién "ido") ninguno estuvo ahí para ayudar. Pero siempre, sin rencor. Con la verdad.

Qué feliz se está fuera, por Dios. Gracias.

Un abrazo y perdonad el lío que me he hecho escribiendo.

Atodon









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