Hola Agustina,

hace tiempo que no escribo, supongo que te habrás enterado que D. Javier estuvo en Fátima y Santiago ganando el jubileo. Ayer llegó a Diego de León y va a reunirse a solas con d. Ramón. ¿Qué saldrá en esa reunión? (que por cierto es el objetivo del viaje, lo de ganar el jubileo es la excusa). Probablemente salga el tema de la falta de vocaciones y de las salidas: En este 2010, 18 numerarios han dejado la Obra en España y se espera que alguno más la deje (o no se le renueve) hasta el próximo 19 de marzo. Todo esto sin contar aspirantes que no perseveran y sin contar Agregados y Supernumerarios y tampoco la Sección Femenina (aunque supongo que será más o menos igual)

Claramente lo que no funciona en la Obra es el gobierno y, aunque no les guste, esto es como un equipo de fútbol: si la cosa no va bien el que tiene que dimitir es el entrenador.

Desde que d. Ramón asumió su cargo esto ha ido cuesta abajo, pero por su culpa: sus nombramientos, sus políticas,.... ahora lo que importa es rellenar cuadrículas, que los de san Rafael vayan a todos los círculos, meditaciones, convivencias,.... quedar bien delante de los obispos y organizar muchas cosas y llevar mucha gente a la JMJ, etc.... Todo es pura apariencia y sonrisa de plástico acompañada de palmadita en la espalda. Si San Josemaría levantara la cabeza..... él nos enseñó que la Obra es santificar el trabajo y no los jueguecitos y convivencias con los niños, nos enseñó que los centros son lugares de trabajo (de ahí las buenas salas de estudio) y de oración (de ahí que enseñásemos a los chicos a rezar) y no de cachondeo y planes de cine, de revistas, deportivos, excursiones, etc. Estos son unos pocos ejemplo pero podría poner muchos más.

Pero basta que denuncies la situación de buenas formas y sin enfados ni montando numeritos vamos que, yendo con confianza a los Directores como decía San Josemaría y digas las cosas como son, para que pases a ser el último del centro.

Enhorabuena a la web, tenéis que seguir presionando a ver si los directores se dan cuenta de que lo que hace falta no es hinchar números y hacer listas largas, sino en la santificación del trabajo y en enseñar a la gente a rezar. ¡El Opus Dei del 2010 no es el que vio San Josemaría!

Un saludo a todos

Jose