Cuando murió San Josemaría, D. Álvaro escribió la carta "Nuestro Padre en el cielo", que he vuelto a releer estos días gracias a que está publicada en Opuslibros. Por aquel entonces, 1975, yo tenía 15 años y ya era de la Obra. Recuerdo que leí con emoción el escrito y hubo un detalle que se me quedó grabado. Cuando ya todo el mundo había desistido de reanimar al Santo -"fue una hora y media de lucha..."(p.8)-, D. Javier todavía persistía en los masajes cardiacos y D. Álvaro tuvo que decirle "Javi déjalo", o algo semejante. En la carta publicada en Opuslibros, no he encontrado esta parte de "Javi déjalo".

Sólo encuentro dos explicaciones: que yo escuchara a un tercero contar esa anécdota y con el paso del tiempo se la haya atribuido al escrito de D. Álvaro, o que la anécdota figurase, efectivamente, en la carta original pero que haya sido borrada en ediciones posteriores. ¿Recuerda alguno de los lectores de Opuslibros haber leído esta anécdota?

Lo digo, porque expresa un rasgo que considero muy marcado en la personalidad de D. Javier (y que él ha transmitido a la Obra desde 1975): un voluntarismo carente, en muchas ocasiones, de inteligencia y de sentido de la medida.

Inmaduro