El vicio de contrato de los aspirantes es que han ingresado en la Obra con la presunción de que ya eran miembros de hecho y que la admisión, oblación y fidelidad eran solamente pasos exigidos por la Iglesia pero que siendo ya aspirantes tenían todas las obligaciones de un numerario/a.
Así se ha creado un vínculo en que su origen tiene un falso dato y que ha sido la raíz del otro vinculo.
Hay aspirantes con padres supernumerarios que no dejarían la Obra por temor a ellos, incluso no estando bien acá, a no ser que la Iglesia les autorice de alguna forma jurídica.
Un cordial saludo
Candela