Mis años de agregado (21).- Israel Zepeda
Fecha Wednesday, 17 November 2010
Tema 076. Agregados


MIS AÑOS DE AGREGADO (21)

 

La década de los 90´s

Parte V

 

Israel Zepeda

 

 

Cuando van pasando los años en la Obra y empiezas a trabajar en un ambiente fuera de las obras corporativas y/o personales, te das cuenta que la realidad del mundo es otra comparada a la que te fue formando el Opus.

 

Hacia mediados de los 90´s tuve la necesidad de trabajar fuera de las labores corporativas, después de un suceso desagradable que ya he contado en algún escrito anterior. Era la primera vez que me enfrentaba al mundo real: Tener un horario de lunes a sábado, trabajar en parejas o equipos de hombres y mujeres, rendir informe de actividades, comer en donde pudieras, trabajar incluso los días festivos, en fin, un trabajo como cualquier persona común y corriente… 



Durante esa época el salario era bajo y ganar las comisiones era lo más redituable. Había días que solamente tenía para comer un bolillo con aguacate y en otros tenía la oportunidad de irme a un pequeño restaurante. Había temporadas que no tenía para pagar la luz eléctrica y tenía que poner mi “diablito” para que no me faltara. De igual manera me cortaron el suministro de agua y tenia que acarrear cubetas del preciado líquido a mi casa. Como podía trataba de mantener mi ropa en buen estado y aquellos zapatos que ya tenían algún agujero en la suela, procuraba arreglarlos para seguir saliendo a trabajar.

 

En verdad agradezco aquellos amigos y familiares que me auxiliaron, no solamente materialmente sino también emocionalmente, durante esta etapa. Hubo algunos directores de mi centro que sí se preocuparon también por mí, pero como siempre, los demás directores solamente les importaba cuánto podía ingresar al centro y no ser gravoso.

 

Fue una época en que había dejado los estudios universitarios. Ciertos directores no me impulsaban a que siguiera estudiando y que sólo tratara de sostenerme económicamente. No me tomaban en cuenta en las labores del centro y, en una ocasión que tuvimos una convivencia de labores apostólicas, me sentí desplazado por el director encargado.

 

En verdad el trabajar en el mundo real me empezó a abrir nuevamente expectativas de vida: volví a mis estudios universitarios; pude poco a poco comprarme ropa; fueron mis primeras salidas a fiestas con compañeros de trabajo; nuevamente empecé a bailar y divertirme como cuando tenía 14 años; me iba a comer con alguna compañera de trabajo y platicar de diversos temas. Fue también época de que mis grandes amigos se empezaban a casar. Obviamente los acompañe en las ceremonias religiosas y en sus recepciones buscando la manera que en el centro no se enteraran, más si se trataba de algún ex miembro.

 

Antes de concluir mi escrito quisiera hacer la reflexión, ya por muchos conocida o meditada, de que el Opus Dei te roba los mejores años de tu vida y te enclaustra en una vida cómoda sin ilusiones ni ambiciones. Te venden que todo lo haces por Dios, cuando ese Dios que te muestran no es el verdadero y te muestran al Dios que les convienen a sus intereses.

 

Es una vergüenza y un pecado que clama al cielo que varios miembros de la Obra, sobre todo numerarios y agregados que ya no aportan alguna contribución económica, ya sea por el desempleo o por la situación emocional difícil que pasan muchos de ellos, sean excluidos de la misma mientras tanto construyen ese edificio faraónico en la zona de Santa Fe, una de las más exclusivas de la ciudad de México. ¡Ya dejen su orgullo de un lado! ¿Acaso creen que todo esta bien? ¡Es mucho el daño que han hecho a varios!

 

Hace 11 años le decía a un agregado de mi centro de que la vida da vueltas y uno nunca sabe que es lo que pueda suceder el día de mañana pero que lo importante era seguir un anhelo en la vida y mantenerse firme en el rumbo. El que me escuchaba ponía una cara como diciendo “Yo seguiré siendo fiel a mi vocación y tú la has dejado, a ver cómo te va en la vida”. Después de estos 11 años, hace un par de semanas, este agregado que me escuchaba contrajo nupcias. ¡Qué tal!

 

 (Para cualquier comentario: israel.zepeda.mx@gmail.com)

 

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