Se pregunta Agustina (5-11-10) si el Vaticano se atreverá / querrá con el Opus, o si sólo se atreve con instituciones pequeñas, que se quita de en medio de un plumazo, o cuando no le queda más remedio, como es el caso de los Legionarios o la pederastia.
Os propongo un experimento: ver qué gana o qué pierde el Vaticano con el Opus. Os sea, cosas Pro Opus y cosas Contra Opus. El balance nos puede dar una idea de lo intensa que puede ser la motivación para intervenir en el Opus o no, e incluso la profundidad de la intervención. Los datos son referidos a España, pero me imagino que serán parecidos en cualquier país donde esté implantado.
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Pro |
Con |
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o Poder económico (bancos, donaciones, favores)
o Poder político (diputados nacionales y regionales, senadores)
o Poder institucional (judicatura, policía, altos funcionarios)
o Poder académico (universidad propia, catedráticos, profesores, etc.)
o Poder mediático (medios de comunicación propios y afines, periodistas, editoriales)
o Red social (empresas afines, colegios, obras corporativas)
o Buena imagen pública (guapos, exitosos, trabajadores, instalaciones guays)
o Ningún escándalo sexual
o Conservadurismo ideológico y teológico en sintonía con el pensamiento Vaticano actual.
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o Manipulación de las conciencias.
o Proselitismo agresivo entre los jóvenes.
o La gente sale tocada.
o Abusos en salarios y cotizaciones sociales. |
En mi opinión, si después de este balance al Vaticano se le ocurriera intervenir al Opus, estaría loco de remate. La prueba es que el Vaticano sigue nombrando obispos y cardenales del Opus, o afines. Las cosas en Roma no se mueven tanto por el bien de las personas (por favor, dejemos lo de las almas) sino por el de las instituciones.
Se pregunta Ana Azanza cuándo habrá un gobierno que meta mano al Opus Dei en sus colegios, manejos, etc. Querida Ana: te aconsejo que te pongas en el pellejo de cualquier responsable político (da igual el color) y repitas el ejercicio previo, y que saques conclusiones:
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Pro |
Con |
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o Poder económico (bancos, donaciones, favores)
o Poder político (diputados nacionales y regionales, senadores, gobiernos regionales, alcaldes)
o Poder institucional (judicatura, policía, altos funcionarios)
o Poder académico (universidad propia, catedráticos, profesores, etc.)
o Poder mediático (medios propios y afines, periodistas, editoriales)
o Red social (empresas, colegios, obras...)
o Buena imagen pública (guapos, exitosos, trabajadores, instalaciones guays)
o Ningún escándalo sexual
o Conservadurismo ideológico y teológico.
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o Manipulación de las conciencias.
o Proselitismo agresivo entre los jóvenes.
o La gente sale tocada.
o Abusos en salarios y cotizaciones sociales. |
A ningún político en su sano juicio se le ocurriría jamás meterse con semejante conglomerado, y ahora menos que nunca. En cuanto un político se mete con los colegios del Opus, sale la clac que habla del ataque laicista a la libertad religiosa, la voluntad libre de los padres, aceitera, aceitera, como diría Satur.
Meterse además con un conglomerado empresarial – ideológico – mediático, a ordenarlo, supone quitarle poder. Un poder que se resistirá con uñas y dientes. Total, para beneficiar a “cuatro gatos” o a “cuatro chavales de casa bien”. No se ve que no aunque aparentemente los afectados son pocos, si se le deja crecer como hasta ahora, la Cosa adquirirá un poder todavía mayor.
Sólo tomarán cartas en el asunto cuando la cosa esté madura, cuando la presión de la gente (vid. Opuslibros) tenga el tema medio resuelto ya. Triste pero es así.
Ramón
