La opción preferencial por los ricos
unocomocualquiera
Ya hace algún tiempo que no escribo y aunque seguro nadie lo echo en falta, aquí me tienen otra vez!. Esta semana pensaba que así como en su momento se condenó a los Jesuitas y Teólogos de la Liberación por haber sucumbido a la tentación del Comunismo y aquello de la "opción preferencial por los pobres", no sucedió los mismo con el Opus y los Legionarios de Cristo y su doctrina de "opción preferencial por los ricos"... ¿por qué?
Me parece que es tan nociva una doctrina como la otra, solo que una huele mal y la otra bien, aunque sea por un momento. ¿Quién no quiere vestir bien y hacer apostolado en sitios bien, para vivir en casas bien y comer muuuuy bien? ¿Quién no prefiere tratar con los ricos bonitos en vez de los pobres mocositos? Sin duda es más atractivo el apostolado del Opus que el de la Madre Teresa, y ahí tienen que uno va bien y otro se colapsa. Dicen que cierta vez, una belleza despampanante, de esas embajadores socialites de la ONU, le dijo a la Madre Teresa "yo no haría eso ni por un millón de dólares" y ella le contestó "yo tampoco"…
En el Opus me enseñaron la consigna de ganarme a los ricos para entonces ayudar a los pobres, y que además eso no era instrumentalizar amistades sino hacer el reino de Dios en la Tierra... eso nos dijeron. En cierto país he visto Iglesias del Opus de X0M usd en las zonas más caras de la ciudad y ninguna en los lugares más humildes. Y si hacemos alguna labor social no es por vocación cristiana sino como elemento publicitario que nos ayude a lavarnos la cara y decir "ayudamos a alguien".
El problema es que -al parecer- el dinero y el poder corrompen. Por tanto la misión de Dios encomendada a la Obra desde toda la eternidad es ayudarles a esos ricos a saber usar bien de su dinero, despegarse de corazón y entonces hacerse pobres y poder entrar en el Reino. La Obra ofrece sus humildes arcas para guardar esa riqueza y con ella construir obras buenas. La obra aplica aquello que dice el violinista en el Tejado, "Señor, si el dinero es una maldición, maldíceme!"
Hace ya muchos años le decían a un amigo numerario: "para ser del Opus hay que o tener mucho dinero o ser muy inteligente" y este contestaba "caray!, pues qué bien conceptualizado me tienen en el Opus!, porque rico no soy"... y tenia razón, ahora con un doctorado en aeronáutica y trabajando para la industria aeronáutica europea de tecnología de punta, no parece que sea precisamente tardo el chaval.
Cenaba el otro día con un nuevo ex n, another one that bites the dust, que está en su segundo año de doctorado en Cambridge... y me decía: "esto que veo ahora no es lo que me dijeron cuando me pescaron", no, no lo es. Lo único importante es si tienes prestigio y dinero, lo demás sirve para clasificarte como un buen miembro de segunda que estará destinado al servicio de los demás, como eterno secretario de labores poco populares,¡ ah!, si eres de segunda y te enfermas te echan (esto ya no es para ti, dicen), si eres de los de primera pues te aguantan con esperanzas de recibir el ciento por uno en este tierra. "Escondido y desapareciendo", eso te dicen, o "clavado en la cruz" cuando es en realidad podrido y enfermo de depresión, adicto al estatus que tú mismo crees no poder sostener y renunciando eternamente a tu felicidad, ¡puagh!.
En un país vecino, cuentan que están por abrir una nueva Iglesia, originalmente llamada de Sta Fe, y ahora supuesta futura ¡¡Basilica de San Jose Maria!!; la gente humilde le seguirá llamando Sta Fe, creo que así se llama su pueblo (y pues no saben nada de San Chema), y yo con ellos no por humilde sino por terco. ¿Para qué cambiarle de nombre a una parroquia de cientos de años de antigüedad solo para satisfacer la vanidad de una institución?, ¿que no era suficiente para San Chema tener un nichito?, ¿fue acaso la aclamación popular de los aldeanos “queremos que le cambie el nombre, nada de Sta Fe, póngale Chema!? ¡No hombre!, que es más milagroso san Chema y además tiene estatua a la cual rezarle”. En mi propio país, aquí mismo, en la zona de nuevos ricos, se ha erigido la sede regional del Opus, en una casa que ha costado un dineral (gracias por sus generosos donativos, ¡que Dios se los pague!), aun en plena decadencia apostólica... Me recuerdan a la monarquía Francesa antes de la revolución "si la gente tiene hambre, pues que les den pasteles"… no hay crisis si es que existe una abundancia aparente de edificios e instalaciones.
Existe una clara línea, explicada una y otra vez a los miembros, de hacer apostolado de calidad con los que puedan influenciar, "selección" le llamamos. Son Criterios de Selección, la buena cabeza, el dinero, el prestigio, la fama, los contactos sociales, tener apellido noble (como Lascurain de los Monteros, Villa rica de la Veracruz, o Sanchez y Gargantua de Perez Prieto, etc).... ah siii, y las virtudes como liderazgo. Las demás personas son secundarios al apostolado del Opus pues se asume que serán ayudados más eficientemente si primero convertimos a los "selectos", ¡hay que dejar que la Gracias actúe en ellos!. Es fácil enganchar a un adolescente intelectualmente activo; es difícil enganchar a un rico que lo tiene todo; y es laborioso enganchar a un virtuoso. En mi experiencia, los primeros tardan 20 años en ver la luz y dejar el Opus, los segundos 5 y los terceros nunca pitan.
Se cultiva el snobismo como valor institucional, tanto, que incluso el fundador gustaba de llamarse “Don Josemaria Escrivá de Balaguer y Albas”, cuando su nombre real era Jose Maria Escriba Albas… lo de “Balaguer” es añadido para hacer de su nombre más rimbombante y de altos vuelos cuando en realidad, en su buen momento, fue a los sumo, hijo de un tendero de pueblo. Incluso, ¡¡reclamo su titulo de Marqués!!, ¡para su hermano, claro!, por heroicas razones de justicia, así nos lo dijo. Otro ejemplo es Perico, Don Pedro Casiaro… nótese el “Don” que en nuestra enorme humildad hacemos llamar a los padrecitos, pues bien el pidió le quitaran el Ramirez… ¡como llamarse Ramirez! Y la jalea real entonces ¿de donde sale?… o Don Álvaro del Portillo y Diez de Sollano, etc.
En cierta ocasión y con motivo de la canonización, algunos tuvieron problemas por haberse cambiado el nombre a su gusto, pues sus pasaportes y boletos de avión no coincidían… se hacían llamar por su apellido más noble sin importar si era el primero, segundo o tercero o cuarto... que desde luego no cuadraba con su pasaporte. Gustábamos pues de ir componiendo nuestros apellidos, Gomez del Campo y Flores… o cosas así de cursis y olvidamos que el nombre no hace a la persona sino viceversa.
Incluso entiendo que el Santo Fundador propuso que se iniciaran los procesos de canonización para su Madre y Hermana… nos hacía llamarle la Abuela… ¡será su abuela!... ¿pero qué hijo no piensa que su madre es una santa? (bueno bueno hay excepciones)… pero de allí a organizarle su estampita y su causa me parece exagerado. Solo para el registro, alguien que tenía también a su mamita en proceso de beatificación ¡¡era el Padre Maciel!!... noooo, si la cabra tira al monte!.
En una ocasión fui a misa a una iglesia cercana a la residencia de estudiantes donde viví… el padre de origen alemán “no comprendía la Obra” (expresión utilizada para decir caritativamente que el Opus le cargaba) y yo, en mi estupidez, que pensaba que sí la comprendía, rezaba escandalizado por la buena alma del sacerdote, para que se arrepintiera antes de morir y condenarse. Sucedió pues, en aquella ocasión, que en la Homilía el sacerdote hizo referencia al pasaje aquel del Evangelio donde dice que “no llames a nadie padre, pues solo hay un Padre: Dios”. Y nos decía –no es textual- “hay quienes en la Igletsia (sic) se hacen llamarrr Patrrres (sic)… “el Patrrree” se escriben en las tumbas”. Intuyo que tal vez se refería a San Josemaria. En otra ocasión nos dijo “hay quienes pientsaan que la vida interriorrr consiste en llenarrr una hojitaaa de norrrmas de piedaaadt, y están muy equivocatos”… ¡cuánta razón tenía!
Me parece que, al permitir la Iglesia que existan labores apostólicas cuyo carisma principal y manifiesto apostólico es el trato de los ricos e influyentes, se expone a grave riesgo de escándalo. No hay favor que con favor no se cobre. Alguna vez me llevaron a la segunda boda de la sobrina de un ex presidente de cierto país extranjero, famoso por su corrupción, el "innombrable" creo que le llamaban. Acompañaba a un sacerdote que, después de haber recibido innumerables donativos y favorcillos (de dudosa procedencia, pero ¡que importa!), estaba comprometido de hacer acto de presencia en la celebración e impartir su bendición, a pesar del escándalo patente pues la buena mujer era divorciada (¿yo bendigo lo que Dios prohíbe?). Algún ex n presente tuvo a bien, prudentemente, imputárselo en la misma reunión... no hay que decir más que salimos corriendo de ahí.
Un peligro de buscar a los ricos es que cuando pitan, pues si tienen que dejar cosas atrás... pero no necesariamente herencias. La Obra siempre estará interesada en recibir las herencias y de ahí que muchas de las casas de los centros del Opus pertenecieron antes a adineradas familias cuyos hijos pertenecen a la Prelatura, muchos de ellos con algún pequeño defectillo, algunos francamente raros, y otros normales como tú o yo, que estamos locos Lucas. Esta es una tradición de muchos años en la Iglesia en que los ricos mandaban a sus hijos raros a los conventos, pues aquí al Opus.
Si la familia compromete su herencia es posible que hasta se le procure el sacerdocio a aquel miembro. De menos una estancia en Roma. Así se amarra su pertenencia a la Obra per secula seculorum, y así también la herencia. Qué orgullo para aquellas familias ver a sus hijos ordenados, no importa que para que uno se haya ordenado 10 de sus herman@s de sangre tuvieron que dejar de ser numerarios. Esto sobre todo pasa en las familias numerosas de supernumerarios donde van pitando como por orden y así mismo van despitando. Al final quedan los dos supernumerarios originales y un despistado sacerdote. Lo he visto en varias familias de esas numerosas y no tan pobres.
En fin que me parece tan perjudicial y contrario a la doctrina de Cristo la opción preferencial por los pobres como la de los ricos. Ambas causan daños enormes y exponen a la Iglesia y su Jerarquía a errores garrafales. Entiendo que de las dos opciones, pues se antoja más la segunda, también entiendo que el criterio de selección de Cristo para con sus apóstoles no fue la riqueza, ni la influencia, ni la fama.
La obra protege sus bienes a través de un sin fin de vericuetos fiscales/contables y evidentemente diseñados para evadir impuestos. En efecto la Obra no tiene bienes, algunos de sus miembros sí. Esos miembros suelen coincidir con ser miembros numerarios indiciados (pregunta para todos, ¿que es un numerario indiciado?), sacerdotes o electores que han demostrado ser de toda la confianza. Coinciden también con los nombres que nos dan para poner nuestro testamento a su nombre.
El espíritu de pobreza en el Opus es pues una mera simulación. Los ricos siempre tendrán cosas buenas y los pobres no. Eso se desprende del principio de que "cada caminante siga su camino" es decir cada quien debe seguir con el nivel económico que le pertenece. En efecto como dijo alguien por allí, "todos somos iguales" solo que hay unos "más iguales que otros". Durante los 20 años que pertenecí al Opus le di todas mis ganancias a la Obra, tal y como lo hicieron todos ustedes. Al dejarla no tenía nada más que mi trabajo, 35 años, la gracias de Dios y buen humor, y he tenido que emprender la tarea de fundar mi propia vida y futuro. No me quejo me ha ido muy bien Deo Gratias, pero intuyo que muchos no se han ido por estar amarrados (o al menos así lo creen), no tienen nada, o gozan de un nivel de vida que nunca tendrían fuera "así lo piensan", otros que pueden, se van y decimos "les ganaron los afanes materiales de este mundo"... unos tienen y no pueden, otros pueden y no tienen, nosotros que tenemos y podemos, te damos gracias Señor!.
tanto por decir!,
unocomocualquiera
