Tres ideas.- Kipepeo
Fecha Friday, 22 October 2010
Tema 010. Testimonios


Hola

 

Me gustaría hacer unos comentarios sueltos en relación a algunos posts recientes, especialmente de Pippi, Sinfonio y Claire Fisher.

 

Bien y mal

Es un hecho evidentísimo que, a pesar de lo que se pueda percibir, el Opus Dei hace no poco bien a no pocas personas. Yo creo sencillamente que muchos pasan por y dentro de la Obra sin problemas mayores, pero muchos otros no... y terminan víctimas de los vicios internos institucionales: le falta especialmente a la Obra dos cosas que nos hacen MUY HUMANOS: la espontaneidad y la consecuente naturalidad sencilla que existe de hecho en las familias de sangre; y le sobra en formalismo, corporativismo, normatividad y burocracia. Alguien se preguntaba por qué uno se queda tanto tiempo en la institución después de vivir todo esto... precisamente porque se ve la actuación de Dios en favor de muchas almas que frecuentan a la Obra y porque ello conlleva a la impresión de que se estaría diciendo NO a Dios. El mismo Dios tiene alguna responsabilidad en los pitajes porque da a muchas almas (así ha sucedido conmigo, con amigos y otros de la Obra, no sé cómo es hoy) la Piedad y Vida Interior bajo dulzura espiritual en los ejercicios de Piedad (Santa Teresa dice que el Demonio puede hacer lo mismo, pero deja un lastro de inseguridad, falta de paz, etc.).

Me recuerdo perfectamente de mi oración antes de pitar “¿Señor como te voy a decir que no?” No veía nada claro y mucho menos entendí que era un numerario (siquiera usaron esta palabra, me comentaron de miembros casados y célibes)… esto a una persona que temperamentalmente no suele decir que no a quienes pidan algo o ayuda,… ¡imagína-te decirlo a Dios! Otra paliza impresionante es no hablar del Curso Anual en el sentido que ni siquiera serás dueño de tu tiempo de ‘vacaciones’, con la pérdida de actividades queridas que eso impone a una persona a la cual le aseguran que para ser santo Dios no le quita su plaza en el Mundo y que además no tiene que abandonar lo que de hecho ya hacia… ¡vaya fraude monumental!...



Hoy conozco perfectamente lo malo y lo bueno de la Obra (ya existe un buenísimo escrito de Daniel M, si mi memoria no me traiciona, sobre esto), lo que me ha dado una gran independencia y libertad interior, pero todavía me es muy difícil rehusar la percepción de estar diciéndole que no a Dios. Es un lio tremendo. Otras personas habrá que no tienen esta vinculación tan directa con su conciencia vía el mismo Dios y una vez vistas las cosas como son, pues se marchan sin problemas con Dios. Unas veces lo veo muy claro, otras no consigo ‘no ver’ Dios en la Obra y mi ‘llamada’… ¡Con esto ya se han ido casi tres lustros de la vida!

Pero es un hecho que lo bueno no disculpa lo malo... si no existiera nada bueno, seguramente no habría la Iglesia dado aprobaciones al Opus Dei. Todo que Sinfonio escribió se puede aplicar ipsis literis a los Legionarios de Cristo: conversiones, atención espiritual, liturgia correcta, buena formación en los colegios, etc. por eso la Santa Sede está intentando recuperarlos y no simplemente cerrar la Institución. La Obra tendrá que purificarse totalmente de los ‘divinos’ en su historia, discurso oficial praxis y reglamentaciones, criterios y otros tales bajo pena de perecer, pues la cantidad de contradicciones y maldades de hecho es de tal magnitud como para tomarse en broma la ‘Divinidad’ de la cosa es que amenaza con dejar al propio Dios muy mal parado y El se encargará de cerrar la tornera. Repito, no poco bien hace a muchos, pero todo tiene su límite. Una vez más, recomiendo a los Directores Centrales la meditación de Hechos 5:29-39... Pero ya se sabe que solo la mano pesada de la Santa Sede pondrá fin a los abusos, pues son sordos. Hay abundantes señales de que la fuente se seca y esto ni siquiera se puede más esconder de los demás miembros. Escribo acá con alguna regularidad porque dentro…  NO HAY DIALOGO  ¡PUNTO! – No es verdad que la ropa sucia se lava en casa… simplemente se ignora hasta que se rompa… o la polilla se la trague.

 

¿Solución(es)?

Dios me perdone si me equivoco, pero estoy intentando terminar una reflexión sobre la posible existencia de una misión que realmente justificara la de la Obra, pero puedo adelantar algunos tópicos. Mi conclusión preliminar (mejor: provisoria) es de que carece de dicha misión (me explicaré más adelante) y que tanto la Obra, como otras instituciones mencionadas tienen relativa razón de existir (o nicho espiritual) circunstancial por la crisis que desencadenó el Concilio Vaticano II en la Iglesia y por el olvido secular y poca atención a la vida espiritual del laicado. Si uno fija su mirada sobre que más se habla o se hace o se consume de tiempo en ‘labores de la Obra’, uno ve que mucho se dedica a comentar normas espirituales o ascéticas, un poco sobre trabajo y bastante sobre apostolado, y mucha burocracia interna a semejanza de una empresa, con estadísticas y todo (como si eso fuera garantía de eficacia sobrenatural) pero convertido casi 100% en proselitismo, desde luego no en sentido de caridad gratuita sin manipulaciones; siempre nos dicen que trabajando para la Obra se sirve a la Iglesia, pero tengo mis serias dudas sobre esto.

Si tomarnos otra institución – como las Misioneras de la Caridad – están al 100% con sus enfermos y abandonados, y el resto lo dedican a la oración y sacramentos... tampoco se preocupan con proselitismo y Dios, sí que les envía abundantes vocaciones – ¿por qué es esto? – porque tienen sin duda una peculiar misión, clarísima y distinta de los restantes miembros de la Iglesia, que justifica su existencia. Ya el Apostolado de amistad y confidencia y la santificación del trabajo son accidentes y substancia de la santidad general de los bautizados laicos, que solía ser ‘cuidada’ y proclamada desde hace la catequesis universal de la Iglesia. Tomando un contraejemplo para sacar a la Luz lo que pretendo expresar: la Iglesia no tiene distintas instituciones para enseñar cada aspecto de la vida espiritual y ascética del cristiano común derivada de los distintos mandamientos, consejos, etc., ella misma en su catequesis lo proclama y enseña... ¿qué sentido tendría la Iglesia en aprobar una institución fundada solamente con el pretexto de enseñar a santificar – por ejemplo – la vida familiar? – ¿No puede el Magisterio Ordinario, la Catequesis y atención diocesanas de la Iglesia enseñar a los bautizados el significado y a vivir muy bien el Cuarto Mandamiento? – ¿Como reaccionaria la Iglesia si alguien le presentara una petición para la aprobación del “Opus Familiae”... hummmm?

 

Algunos, dentro y que se fueron, me comentarán que la Obra estaría muy bien solamente con sacerdotes y supernumerarios... ¡es verdad! – ¿Por qué entonces tanto sufrimiento y discrepancias con los miembros célibes?... sencillamente por la DUPLICACIÓN de estructura. Es famosa la afirmación del Fundador de que al principio él empezó buscando alguna institución que ya existiera en la Iglesia y quizás tendría sido ese un camino: no buscar una institución, pero de hecho ensenárselo desde dentro de la estructura jerárquica diocesana de la Iglesia. Hoy es muy difícil clarificar si ha habido alguna inspiración directa de Dios y, en caso afirmativo, cuales serian los rasgos inspirados y cuáles no (para no pocos es fácil usando el criterio de falta de complience con el CIC, pues Dios no se puede contradecir y suele coincidir con todo aquello que la Obra esconde de la Santa Sede)… esto va a necesitar de un gran trabajo de purificación, de las fuentes históricas, con lo agravante de la quema de archivos hecha por Escrivá, que fue sospechosamente selectiva. Yo tengo serias dudas de que sea tarea factible.

Mismo admitiendo la existencia de miembros célibes para dedicarse a la cosa, ¿por qué tiene que ser una entrega y sumisión ‘de cartujo’, algo en las antípodas del espíritu de secularidad? – Es una pregunta pertinente respondida desde dentro como ‘indicación divina’ - ¿será? – o a lo mejor, una necesidad de duplicar la estructura de la Iglesia en una superdiocesis universal en el menor tiempo posible. Aquí podría estar la solución definitiva del Opus Dei: asimilar su leitmotiv en el magisterio y absorberlo a la catequesis universal de la Iglesia... porque es por demás evidente lo flaco o poco distinto que resulta la espiritualidad de la Obra, que no tiene doctrina propia y que llama de carisma a algo medio vago y genérico como santificar el trabajo y hacer apostolado; y ‘espíritu’ a una gran colección de criterios normativos, ascéticos, etc. – muchos siquiera en los estatutos – típicos de religiosos. Es muy poca sustancia para justificar la existencia de una súper-estructura dedicada a eso… ¿no os parece?

Con todo eso, se obliga una minoría de miembros célibes a vivir una vida en las antípodas de los restantes miembros y resulta un fraude brutal porque al “candidato” a numerario, etc., se le habla de la Obra como si fuera a vivir una vida con la libertad otorgada al supernumerario, con excepción del matrimonio (que casos conozco en que siquiera esto quedó claro). A mí nadie me dijo que era una ‘entrega total’ (supongo que estaría implícito, como la quiebra del sigilo de la charla), eso sí me preguntaran si ‘estaba dispuesto a vivir en la Cruz’… ¿pero qué Cruz? - ¿Qué entiende un chiquillo de 17 años de cruces? - La adhesión a un cambio tan grande por un ‘plano inclinado’ es una falta de caridad basada en el progresivo secuestro de la conciencia y libertad individuales, al mismo modo de la famosa anécdota del sapito que va hirviendo poquito a poquito… hasta que se muere! – ¡Por eso es un plan inclinado, lo contrario supondría la fuga a velocidad luminosa de la panela! – Por eso estimados (y pacientes) lectores que os admiráis de la cantidad de años que uno sigue viviendo en dichas condiciones, ¡uno se va quedando en el Laberinto del Minotauro por 20-30, 40 ó mismo 50 años!

Otra idea: siempre me llamó la atención: ¿por qué ha esperado la Trinidad hasta el siglo XX para entregar un mensaje tan importante a la mayoría de los cristianos? – ¿no habría sido bien más inteligente hacerlo en la transición del final de la Edad Media a la Moderna, con las nefastas consecuencias del Iluminismo y Racionalismo exacerbados, que tanto mal aportaran a la Humanidad en términos de revoluciones, sangre vertida de inocentes, masacres; terminando por desembocar en sistemas diabólicos como el Nazismo o el Estalinismo? - La excusa que me venía a la mente con frecuencia seria que quizás Dios lo había hecho pero el elegido en su libre voluntad no lo había aceptado... hasta que Escrivá es convidado y lo acepta. Esto entronca con la idea de que si la Iglesia estuviera en una situación ‘normal’ la Obra no tendría razón de existir. Me explico: es palpable y patente a quien quiera verlo, que existe hoy en la Iglesia Católica una situación de cisma latente cuya tendencia será a cristalizarse. Esto es bien visible en los obispos y cardenales de algunos países de la Europa del Norte y... en América Latina por la Teología de la Liberación. Si habéis visto el noticiario, con ocasión de las elecciones en Brasil, acaeció una fractura en la Conferencia Episcopal de Brasil, con dos bandos acusándose mutuamente, por motivo de la postura mantenida sobre la forma de avisar al rebaño del mayor país católico del mundo a no votar a candidatos abortistas. Me creo que es cuestión de tiempo hasta la cristalización del cisma entre los modernistas, teólogos de la liberación y los que siguen Benedicto XVI... os remito a leer en las entrelineas lo que el Papa ha dicho en su rueda de prensa en el avión que le llevó a Portugal y Fátima; solo un ciego no se apercibe del malestar interno en la Iglesia y las dificultades que Benedicto XVI enfrenta para gobernar de hecho a la misma. Quienes se interesen sobre esto les aconsejo la lectura del libro del P. Esteffano Gobbi, fundador del Movimiento Sacerdotal Mariano: “A los Sacerdotes, Hijos Predilectos de la Santísima Virgen”; está TODO explicado allí sobre los tiempos que estamos viviendo. Escribo esto porque, en este contexto, la Obra sí, que aporta algo muy bueno a sus fieles por no estar sujeta a la autoridad episcopal: por ejemplo, se ha librado de abusos litúrgicos post-vaticano II, como la comunión en la mano… y otros bien peores. Hay que mirar la Obra en el contexto eclesiológico de hoy, para entender por qué Dios, todavía conociendo sus descaminos, los toleraría. Algún bien la Obra hace en el contexto actual. Sería interesante especular con quien se quedará la Obra si el clima de enfrentamiento interno dentro de la Iglesia Católica cristaliza en cisma abierto, ya que la Obra tiene una manifiesta política de adulación de los Obispos locales y si estos van a campos distintos, imaginaos el problema para la Obra en el medio plazo. Al final será hecha justicia... ¡sin duda!

 

Santidad y Canonización

1 – en el Cielo todos son Santos por definición, mismo (y porque) después de haber pasado por el Purgatorio. Es muy probable que el mismo Lutero este en el Cielo, ni que sea por su devoción a la Virgen (sé de lo que hablo) y se le piden favores, ¡se los concederá, quizás! – Después de la Parusía solo restarán Santos y Damnados… ¡punto final! Eso es el milagro del Purgatorio: santificar y purificar el alma, pero de forma pasiva. La Virtud no vivida y la Cruz no aceptada en esta vida se transforman en el Purgatorio en la otra. Esto se saca a la luz por los escritos de muchos santos y beatos… y escasean en demasía los datos sobre esto en la Revelación.

 

2 – Las Almas del Purgatorio también pueden obtener favores para nosotros, de la Iglesia militante, pero no para ellas mismas… ¿podrían algunos de los milagros de beatificaciones, canonizaciones entrar en este rol?

 

3 – Creo que los títulos de santidad otorgados por la Iglesia se refieren entonces, solamente a personas que tuvieran vida ejemplar y pueden servir de modelo a los demás. Pues bien, la virtud mayor y más importante es la Caridad (el Purgatorio ‘más pesado’ de debe a pecados contra esta virtud, como ya ha sido recordado en otros escritos; y hace sentido porque su objeto es el mismo Amor Increado) y no me parece sencillamente que San Josemaria haya vivido esta virtud en grado HEROICO, ya que maltrató a no pocos de aquellos que lo criticaron desde dentro de la Obra o que disentían de lo que él pensaba… esta web está llena de relatos y son tantos que si estuvieran en el famoso volumen de la Causa del Postulador, a lo mejor siquiera hubiera sido beatificado.

 

Una de las frases de Meditaciones que más detesto y agonizo es la famosa (no es literal) ¡ay del hijo mío que se atreve a reclamar su voluntad, que había entregado libérrimamente al servicio […]! ­ Vamos a compararla con otra frase semejante de Cristo, después del sermón sobre El Pan de la Vida, y el Acto de Fe de Pedro (Juan 6:25–59.): “Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él. Jesús dijo entonces a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?» Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.»

¡Sin comentarios!

 

Otras señales de esto es la praxis que el Fundador imprimió en no pocas cosas de la Obra, especialmente la nefanda y nefasta forma de captar vocaciones: al por mayor estadístico como bien mencionó Sarnoso, con los consecuentes escrúpulos que puede dejar en las conciencias más delicadas después que se les despide; esto es motivo de escándalo… y ni hablar del caso de Antonio Petit (documentado en esta web… no es habladuría): ¿donde está la Caridad, no ya heroica, pero normal en la forma como se trató a este Sacerdote… otro Cristo? - Si a ‘la mujer del César no le basta con ser honrada, debe parecerlo´, ¿que no será con la Caridad Heroica?

No soy ni de lejos experto en asuntos de la Iglesia, pero me creo que basta con no tener vivido la Caridad de forma heroica para inviabilizar toda y cualquiera canonización en el sentido de colocar una persona como modelo: es verdad que el Fundador rezaba y hacia rezar por los que perseguían a la Obra, etc.… pero ha maltratado a mucha gente DENTRO da la Obra. Sin Caridad Universal, no hay ejemplaridad, como muy bien afirma San Pablo en su famoso sermón sobre la Caridad. Vivir la Caridad de forma heroica implica Universalidad (= incluye también los que están EN la Obra), lo contrario suele ser habitual con las tribus africanas, que tratan y ayudan de forma ejemplar a los suyos, pero casi consideran como extraterrestres a los que pertenecen a las demás. El Fundador de la Obra puede ser imitado en muchas cosas, pero en algunas – quizás pocas – definitivamente no. No hay virtud alguna – de fortaleza, reciedumbre, etc. – que justifique una falta de Caridad por la Gloria de Dios… eso hace el Islamismo… y yo añadiría Maquiavelo.

Quizás de San Josemaria se podrá afirmar en el futuro: ‘haced lo que ha dicho, pero no como lo hizo’.

 

Pero quedaos tranquilitos… ¿os acordáis del criterio de los frutos? - porque a partir del momento en que lo malo en la Obra se sobreponga a lo bueno, el veredicto de Gamaliel será inexorable… y Dios sabe más… ¡y lo que Hace!

 

Saludos a todos

 

Kipepeo







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