OPUS DEI - CAMINO NEOCATECUMENAL.- Sarnoso
Fecha Monday, 18 October 2010
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


En los últimos años de pertenencia a la cosa, me di cuenta que cada vez son más los hijos de gente del camino neocatecumenal que van a colegios de la obra y a sus clubes. Como los kikos no tienen colegios/escuelas/universidades ni centros de ocio –clubes juveniles-, tienen que acudir a los que les suena por algún conocido-familiar, y entonces es cuando aparece el Opus Dei.

 

Me gustaría que nos contaseis los que estáis dentro o los que habéis salido hace relativamente poco tiempo cual es el “criterio” que se sigue actualmente.

 

Yo recuerdo que hace diez años o así, teníamos en el centro un chico de 14 años “muy majo” (expresión interna de la obra que quiere decir “con condiciones”). Eran 4 hermanos y él era el mayor. El resto –menos la niña- venían por el club. Los padres había entrado en camino neocatecumenal hacía dos o tres años y estaban encantados de los kikos para ellos y también encantados de la labor que hacíamos en el club con sus hijos (los llevaban a un colegio de religiosos ligth que dan una de cal y una de arena y eso no les parecía tan bien). Como no tenían suficiente ingresos para llevarlos al cole de fomento, se hicieron socios del club y ahí estaban casi todos los días.

 

Y aquí viene el problema...



El de 14 años cumplía los 14 y medio creo que en octubre. Y sin embargo ese febrero/marzo empezó a ir a las catequesis de los kikos porque sus padres se lo aconsejaron. Cuando llegó octubre el chico dijo que él ya hacía suficiente con lo de los neocatecumenales y en el centro empezó la discusión filosofo-teológica-convenida: que si este chaval podía ir por la comunidades y a la vez pitar de numerario. ¿Cuál fue la respuesta del de san rafael de la delegación? Que por supuesto, que pitara de numerario y luego ya se vería. Además, que de adscrito era perfectamente compatible y los kikos son gente “majísima”.

 

Por cierto que una vez escuché a este hombre decir que como ya se sabía que hay un porcentaje de adscritos que no perseveraban, la técnica era que pitaran cuantos más mejor, que por estadísticas, más perseverarían en números absolutos. Además –y esto ya es tristísimo- lo importante era que nos miden por los 500 pitajes, no por las “perseveraciones” ¡Toma del frasco!

 

Pues así nos tocó atacar al chaval. Él decía que le gustaba más lo del camino porque era más divertido y porque había chicas. Que él estaba mucho más atento que en los círculos y la oración mental con los ojos fijos en el sagrario, o con la meditación a oscuras que hacíamos en el club. Pero al final, pim pam pum, “se consiguió” que pitara y que siguiera yendo a las cosas de los kikos. Por supuesto, no creo que llegara al año, dejó de ser adscrito y siguió con las comunidades. El que le llevaba la charla no veía con buenos ojos que fuera a contar a los demás sus intimidades, aireando aspectos de la obra. Tampoco le parecía bien que tratara con chicas de su edad. O que en la misa no se usara amito de 3x3 con 61 cm de ancho y sello de la obra en medio (ver vademécum de liturgia)…

 

Otra vez me ocurrió que en Semana Santa, durante la convivencia en Fátima donde los chavales están todo el día jugando al fútbol, uno de los que venían era de los kikos y ellos hacen ayuno no sólo el viernes santo, sino sábado santo completo. Como sabéis, el ayuno es Mandamiento de la Iglesia a partir de los 18 años, pero en las comunidades es tradición que lo haga toda la familia desde que se puede. En fin, que el chaval tendría 16, y se había planteado incluso no ir al torneo de fútbol por no perderse la celebración de la Pascua que tienen en el camino neocatecumenal (tan especial para toda la Iglesia, pero para ellos, especialmente). Al final también se le convenció que viniera y vino, pero él quería hacer el ayuno a “su manera”. Me quedé helado viendo al cura diciéndole que no lo hiciera, que la Iglesia lo que pide es lo que pide. Y el chaval ahí con el dilema si hacer caso a un cura ensotanado o a lo que siempre se ha hecho en su familia. Preguntó a su monitor que le dijo que se comiera el bocadillo, que tenían partido por la mañana y tenía que tener fuerzas. Al final, el pobre chavalín, llamó a sus padres y se comió un mendrugo de pan con agua. Creo que después de ese Fátima no pisó más el centro.

 

¿Cómo se está llevando la relación kikos-opus en los clubes? ¿qué criterio se está siguiendo?

 

Sarnoso







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