La primera cuestión que siempre me ha dejado perplejo es la siguiente: ¿Por qué gente bien formada, educada y supuestamente con criterio puede ser arrastrada a formar parte de semejante organización? Esta será la pregunta que servirá para desarrollar mi teoría sobre el Opus Dei.

Solo un mitómano de dimensiones estelares puede tener la imaginación y la energía como para poner en marcha una idea empresarial como el Opus Dei.

José María Escrivá de Balaguer, quien probablemente escondía sus grandes complejos de inferioridad demostrando una actitud determinada, se inventó la historia del Opus Dei. ¡Obra de Dios! Hay que ser soberbio como para llamar a su invención Obra de Dios en la misma cara de un movimiento de más de 2000 años. Esto ya de por sí constituye un insulto a la historia del Catolicismo (historia muy manchada por cierto).

Luego para poner en marcha la Empresa, necesitaba de dinero, personas y una unión trascendental: Dios. ¿Cómo organizamos esta Empresa? se preguntaría Balaguer. A la gente hay que engancharla desde la más tierna juventud. A los 16 años uno parece que tiene la capacidad de discernir lo que quiere para toda su vida. Posiblemente los chicos buenos y estudiosos a los 14-15 o 16 son un poco los apestadillos y los marginados en los colegios. En la Obra encuentran consuelo, un nombre, la reevaluación de su personalidad y autoestima. Creo que es la autoestima uno de los elementos motores del crecimiento de la personalidad y el desarrollo cognitivo de una persona durante toda la vida, pero todavía más intensamente en la adolescencia: el momento crítico por excelencia.

Arropado, llamado por tu nombre, te comentan el tema de la vocación (por cierto la vocación al Opus Dei no existe, es como decir que alguien tiene la vocación para ser hincha del Madrid o del Oporto). A mí un preceptor me dijo una tarde lluviosa:

-Ve al oratorio y a ver qué te dice Dios sobre tu vocación al Opus Dei, luego vienes y me lo cuentas.

Al cabo de un rato vuelvo y le digo:

-A mi no me ha dicho nadie nada.

En caso de que alguien pite, bueno, pues te definen. Cumplirás un cierto rol dentro de la organización empresarial. Y la organización necesita eso: dinero, crecimiento demográfico y sustento espiritual.

Entonces algunos tienen la vocación para tener hijos (más miembros) otros para vivir en comunidad (currar a más no poder y dar toda la pasta a la empresa) y los que rezan, los curas que son los que bendicen todo este fenomenal teatro.

Dentro del lenguaje empresarial, estamos delante de un planteamiento empresarial muy sostenible. Luego ¿qué hacer? Bueno ganar influencia política: tejer una red de contactos que se retroalimenta. Más poderosos los miembros del Opus, más dinero, más influencia, más justificación mediática y más estatus jurídico.

Luego hay que hacer creer a la gente que Balaguer era un tipo de una inteligencia increíble. Escribe Camino y ese libro supera incluso a la misma Biblia para los miembros del Opus (vamos en las charlas del Opus Dei Balaguer pasa por delante de Dios en número de citaciones). Pornografía barata para mentes calenturientas que quieren alimentar su excitación espiritual. El valor literario y conceptual de libros como Camino y Forja son de una escasez tremenda. Si Dios inspiró de alguna forma la mano que los escribió, uno podría pensar que Dios es muy limitadito.

En resumidas cuentas, el Opus Dei simplemente juega con la escasez de la autoestima de muchos miembros que buscan cobijo, una vida fácil llena de conexiones a cambio de anular parte de tu existencia libre e independiente, aunque el tema de la libertad individual te la venden en sentido contrario: eres una persona totalmente libre si te adscribes al Opus, sino eres un pobrecillo diablo.

Manu_Sch