Traigo el caso de un sacerdote diocesano, que dejo de serlo, y posteriormente encontró otra vocación.

San Ignacio de Santia, sacerdote, colgó la sotana clerical en 1715. Antes, en 1713 había renunciado a ser rector. En 1716 ingresó en el noviciado de los Capuchinos (frailes menores), en cuya orden sirvió hasta su muerte en 1770. Fue beatificado por Pablo VI en 1966 (en vida del fundador, quien quizás debió seguir la canonización, o al menos enterarse de a quién el Papa proclamaba santo).

Escriva de Balaguer, por colgar la sotana a un sacerdote numerario, ya sabemos como le calificaba por irse... El fundador sera juzgado con el ojo que juzgó.

Sin mas comentarios.

Hormiguita