El asunto de la fórmula jurídica.- Ramón
Fecha Friday, 17 September 2010
Tema 110. Aspectos jurídicos


Hola Orejas,

 

Leo con agrado lo que explica Josef Knecht (19/09/10). Habitualmente no entiendo nada de lo que escribe JK, porque su altura es tal que me mareo después del segundo párrafo. Aun así, creo que ya somos varios en OpusLibros que coincidimos en algo esencial: el sinsentido que supone la obsesión de la obra con una formula jurídica especial o particular.

 

En este sentido, lo que dice Josef aporta, a partir de la experiencia con la Obra, un segundo objetivo para la Iglesia: aceptar las críticas que se hacen a la Iglesia católica Romana desde otras confesiones (que también se declaran católicas como la ortodoxa, anglicana, o luterana) nos puede hacer mucho bien. Vamos, que a estas alturas de la película todos sabemos que Lutero acertaba en un 99% de lo que decía, pero no quiero entrar en ese debate.

 

Si el objetivo es ser cristianos, mejorar como cristianos, no entiendo a quien le puede preocupar el asunto de la formula jurídica, a no ser que sea un lio mental.

 

Si el problema fundamental es tener más fe, esperanza y caridad, habrá que preocuparse de eso, no de un asunto meramente instrumental y organizativo, a no ser que los fines que se pretendan sean otros no declarados.

 

Si yo quiero juntarme con mis amigos para mejorar como personas, o para fundar una sociedad cristiana, poco me pueden interesar las formulas jurídicas, cuanto más enrevesadas mejor. Pierdo tiempo para hacer buenas obras, para orar, para amar.

 

Por lo que he hablado con gente del opus, la prelatura personal les hace ser mas guays, es como estar con "banda ancha" en la iglesia, como si depender directamente de la santa sede acercara mas a Dios que ser un cristiano de barriada de favelas. Luego hemos visto en Opuslibros, que esto no es así ni siquiera jurídicamente.

 

Si alguien lo entiende, que me lo explique. Yo creo que es algo parecido a la obsesión por tener santos, beatos y doctores de la Iglesia, como si probara nada. Se trata siempre de que su moneda de 1 euro valga 101 céntimos.

 

En fin, ellos sabrán

 

Ramón









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