Hola Orejas,

Estoy de acuerdo con lo que dice Dionisio en su respuesta a Carmen Charo: a los burócratas jerárquicos Vaticanos el Opus les interesa como herramienta de poder. Como su lógica funciona en términos de poder, no hacen nada, aunque sepan todo. Así que el tema tendrá que esperar a que el Opus deje de tener poder, es decir, cuando la mayoría de los que lo han sufrido ya no estén para nada, y cuando ya no pueda dañar a nadie mas. Magro consuelo.

Igualmente, estoy de acuerdo con la crítica velada que hace Moncada de Panikkar: una cosa es dedicarse a predicar a los cuatro vientos lo que sabía sobre el Opus, y otra cosa es intervenir para conseguir limitar los daños institucionales. Si sabía que podía hacer daño a la gente, lo menos que podía hacer es avisar. No callarse elegantemente. Le tengo mucho aprecio como explorador de caminos espirituales, pero creo que en este tema se pasaba de místico cuatro pueblos.

Dice Ana Azanza que la predilección de Escriba por Navarra se debe tanto a su prosperidad económica como a su acendrado y rígido catolicismo, amén de su generosidad económica. Habría que ver por qué Escriba no puso la Universidad en Huesca (quizás porque durante la guerra era un nido anarquista). Me cuenta una fuente que la predilección por Navarra no era tanta al principio: por lo visto, se dirigieron a Santander. El motivo podría ser que se trata de otro lugar anclado en el tradicionalismo, con una universidad (Menéndez Pelayo) y un Hospital (Valdedecilla) todavía con gran prestigio. Por lo visto, el Ayuntamiento, en un alarde de lucidez o tacañería, según se mire, no quiso darle a Escriba los terrenos gratis. Pamplona sí lo hizo, y con ello se llevó un buen pellizco durante años. Y se ató el Opus al cuello. ¿Sabe alguien sobre este ausunto? ¿Quien os parece que salió ganando?

Que Dios os guarde

Ramon