Mi niñez.- Aurelia
Fecha Wednesday, 01 September 2010
Tema 030. Adolescentes y jóvenes


Hola: paseando por internet os he descubierto y paso a contaros lo que fue mi niñez.

 

Soy hija única y mi madre me apuntó con 10 años al club palmera de Sevilla. Fui muy feliz durante varios años, pues en 1964 no había mucho donde ir. Mi vida se resolvía entre el colegio, mi casa y el club.

 

Era una niña super inocente. En el club además de los medios de formación también jugábamos, íbamos de excursión y hacíamos manualidades. os recuerdo que eran los años sesenta. Pero cuando cumplí los 14 años, todo cambió.

 

Nos os podeis ni imaginar el acoso que sufríamos todas las niñas era de película “de miedo"

 

Las numerarias todo el día hablando a niñas que no es como ahora que saben de todo, la palabra vocación no paraba de salir de sus bocas.

 

Había un cura que se llamaba don Antonio que en las meditaciones solo sabía hablar de nuestra obligación con Dios, total, que la mayoría de las niñas, por no decir todas pitamos y ellas eufóricas.

 

Pero al pitar mi mundo cambió. Se acabaron las excursiones, ya no se jugaba al baloncesto, sólo era rezar, rezar y ayudar a que otras niñas se hicieran de la obra.

 

De mis amigas del colegio pitaron todas y de los demás colegios, lo mismo.

 

Yo tenía una angustia grandísima porque pité por pura timidez y no atreverme a decir que no.

 

El año siguiente fuimos a Pozoalbero a un curso de retiro que fue una pesadilla. No sabíamos qué hacer y todo el día rezando con velo en la cabeza y mangas largas con 40 grados. Una autentica locura. Yo fui del opus desde el 24 de diciembre de 1967 al 19 de marzo de 1969.

 

En el tiempo que fui numeraria no dije que me quería ir porque me moría de la vergüenza, sino que el día 19 de marzo no fui al club, me acosté y me tapé la cabeza diciendo que estaba mala. Al día siguiente se presentaron en mi casa dos numerarias y yo, roja como un tomate, les di las preces y la foto del padre. Esa es mi historia.

 

Tenéis que comprender que tenía 15 años y no había visto el mundo ni por un boquete, como decía mi madre.

 

De los montones de niñas que nos hicimos de la obra sólo quedan, que sepa, cinco.

 

Las demás somos mujeres de provecho.

 

Aurelia









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=16644