Estimados Orejas,

al hilo de las consideraciones de Gervasio (“Comentarios al Catecismo 2010”), un punto que creo importante aclarar: dices que la prelatura personal no se inventó para acoger al opus dei. No sé si es un lapsus de escritura, pero a mí me da la impresión de que la prelatura personal fue un invento del opus dei para el opus dei. Te recuerdo que no sólo es la primera prelatura personal sino también la única, y ya va para tres décadas la prelatura. Parece ser que cada vez que se ha planteado que "otros" sean prelatura personal el opus dei no ha reaccionado con alegría precisamente por compartir el mismo estatuto jurídico. Únicos entre los únicos, esto es importante para ellos. Formó parte de nuestra mentalidad. Éramos los mejores, los que íbamos a salvar a la Iglesia del naufragio.

Hace no mucho tratamos en la web la cuestión del opus dei en el concilio Vaticano II. Saqué en conclusión del debate y lecturas sobre los que sí estuvieron presentes en las luchas conciliares, que el opus dei sólo participó con la idea de sacar adelante su figura jurídica. Los grandes decretos que supusieron un giro ideológico en la Iglesia católica, por ejemplo, el de la libertad religiosa, el reconocimiento de que las demás religiones "valen algo", y el de la iglesia como pueblo de Dios, no como élite y ovejas, sino que todos cuentan, esos temas no iban con ellos. No les servían para nada, no se preocuparon ni aportaron nada.

Da la impresión de que de todas las disciplinas eclesiásticas en la que el opus dei descolla en número de expertos por encima de cualquier otra es en el derecho canónico. Sagrada Escritura, Teología Ecuménica por ejemplo, no es lo suyo.

Luego sacas el tema de los primeros cristianos. Me parece que tenemos un defecto de óptica en este tema. No creo que los primeros seguidores de Jesús se propusieran "que la sociedad sea cristiana de arriba abajo". Ellos anunciaban la buena nueva de Jesús de Nazaret, el amor, el perdón de las ofensas, la creencia en la resurrección, en que el nazareno estaba vivo junto al Padre y que los que creyeran en El y siguieran su enseñanza, conocerán la vida eterna.

La sociedad cristiana desde la cumbre hasta los valles, es un resultado de la historia, en principio no buscado por los primeros. Algo que "empieza a ocurrir" en el momento en que reyes y emperadores adoptan la nueva religión y en que la iglesia pasa a ser una instancia cultural, económica y social de primer orden. Pero todo eso, que es historia y no se puede ni cambiar ni negar, no era lo que estaba en la predicación de Jesús. Ha pasado, pero no es lo esencial. Lo esencial es la fe en él, la fe de cada persona en él. Se viva en la sociedad que se viva, atea, budista, agnóstica o musulmana.

Creo que es otro elemento de los "movimientos mesiánicos" como tú los llamas que también podíamos llamar de restauración. Vamos hacia otro tipo de sociedad en el que la iglesia no tiene el monopolio ni de la "verdad", ni de la "moral", ni tan siquiera de lo "religioso", más bien esa sociedad ya está aquí. En el que la uniformidad "católica" de la patria huele a naftalina. Estamos ya en el pluralismo religioso también en nuestro país. Esto plantea otro tipo de interrogantes. El opus dei junto con otros como Propagandistas (ACNP) es en el fondo un movimiento de la nostalgia. De restaurar un peso en la sociedad de la estructura eclesial que está por ver sea el cristianismo "más pata negra". Es lo que pretenden sin razón a mi entender.

Lo que quiero decir es que Escrivá y otros semejantes se pensaron que la iglesia absolutista del siglo XIX, de la época de la Restauración era la "iglesia pura". Y es sólo uno de los muchos tipos de iglesia que ha habido en 20 siglos, no precisamente el mejor. El fraude es vendernos eso como "primeros cristianos".

Por lo demás el nuevo concepto que define al opus dei como "adiocesaneidad" me parece un logro por tu parte.

Ana Azanza