Muchísimas gracias a todos, por las abundantísimas muestras de cariño recibidas tras la muerte de mi padre.
Se ha ido bien arropado por todas vuestras oraciones y buenos deseos.
Y yo doy gracias a Dios por constatar la sincera amistad de tantísima gente. Y sobretodo por haber vivido este momento tan especial fuera del Opus Dei. Ya que me ha permitido estar física y afectivamente cerca de esa persona que me marcó tanto en mi infancia, y a la que ahora he podido comprender y querer con toda el alma, porque los dos hemos hecho un profundo cambio interior. Dios me ha dado la inmensa suerte de poder cerrar con bien y con paz esa etapa de la vida de los dos, y poder hoy conservar un recuerdo maravilloso de sus últimos años.
Animo a los que perseveran en el Opus Dei por miedo a que se fíen de Dios y le confíen sus vidas con apertura y abandono, porque mi experiencia es que todo lo dirige para nuestro bien.
Un fuerte abrazo para todos.
Carmen Charo