Un Comentario Acerca de estos Días…- Emevé
Fecha Wednesday, 07 July 2010
Tema 010. Testimonios


Es imposible pasar por alto el acontecimiento que “engalanará” a mi país en breves días. Me he enterado por casualidad, ya que soy exalumna de la Universidad de Piura, y, como tal, me han avisado e invitado a la tertulia que habrá con el Gran Canciller de la misma, que no es otro que el Obispo Prelado de la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei, y que es también aquel a quien solía llamar “Padre”.

Curioseando el tema, pude leer que alguien (perdona no recordar el nick) proponía un plantón en las inmediaciones de la universidad el día de la tertulia, y yo pensaba “qué lejos de mi esa actitud”, y quienes me conocen sabrán que no es precisamente por tener un mínimo de simpatía por el Obispo aquel, o por su doctrina, sino porque estoy convencida que el salir del opus (no así el entrar) es un tema personal, que brota del corazón oprimido de cada quien. Y es uno el que libremente elige seguir siendo infeliz porque no ve más oportunidades en su vida, o arriesgarse e irse. El día en que uno se da cuenta que el ser feliz y sentirse alegre no es una norma del plan de vida, sino un derecho elemental del ser humano, ese día algo se rompe y se inicia un camino que ya casi todos aquí conocemos.

La venida del Obispo Echevarría me recuerda el inicio de mi camino hacia la libertad (que tardó muchos más años de los que me tomó a partir de allí el desvincularme del opus). Cuando llegó a mi Centro, en aquel 1996 que parece lejano, el ambiente aquel no era el de una familia. Todas absurdamente calladas, obligadas a venerar a alguien a quien no conocíamos, en quien no confiábamos, a quien nadie se atrevía a hablar. Servidora es de naturaleza extrovertida (para el público en general) así que tuvo el encargo silente (dado con las miradas) de decir algo, lo que fuera, muy turbada y sin muchas ganas de hablarle le dije algo que se parecía mucho a una pregunta típica hecha al Fundador, pero que (curiosamente) era la cruz que atormentaba mi alma en ese momento (“padre, qué hago, mi papá no entiende mi vocación”), y la respuesta tan de libreto, tan predecible, tan autómata, me dolió como un acero en el corazón y nunca más me repuse. Empezó mi oración a Dios (“Señor, por favor, sácame de aquí, no sé cómo porque no te quiero ser infiel, pero sácame, soy muy infeliz”). Oración que fue escuchada, porque el Dios verdadero siempre encuentra el camino.

Así que no me opongo a que venga Echevarría de nuevo, si su venida sirve (como me sirvió a mí) a que más gente se desengañe del Opus y empiece el camino de salida, hacia el mundo del cual nunca se quiso ir, pero se fue por obediencia a un dios que no es el que pensamos cuando nos dejamos la vida entera en un papel.

Saludos a todos…

Emevé









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