Hace ya muchos años que me fui del lado de los hijos del Padre. Pero fue hace menos tiempo cuando empecé a comprender realmente lo que había pasado. Y empecé a comprender gracias a esta web, a Opuslibros.

He seguido con bastante fidelidad las publicaciones de tantos y tantas "ex" (y de algún otro u otra, que no lo son, también). He disfrutado leyendo la documentación y los reglamentos y vademecum y leyes que gobernaron mi vida durante años, sin yo saberlo. He podido recuperar buena parte de la memoria que reprimí en su momento, y he visto que los recuerdos ya no duelen, que ahora son experiencia, que son información. He realizado con vosotros (creo que puedo llamaros "amigos" porque me resisto -me niego- a llamaros "hermanos") un viaje mental y espiritual de recuperación que, por fin, me ha devuelto mi "yo". Y os lo agradezco.

Y esta etapa del viaje comenzó en aquel momento en que, por primera vez, leí "Gracias a Dios, nos fuimos: Opus Dei".

Mientras tanto, he tenido que irme deshaciendo de mi "numerario interior". Creo que sabéis de lo que hablo. No sales de "Casa" cuando pones el pie fuera. Sólo sales cuando recuperas tu alma. Y ese puede ser un objetivo arduo. Y esta web me ha permitido entender cosas que me posibilitaron lograr ese objetivo. Gracias.

Como decía, he perdonado al numerario que fui. Ya no hay sentimientos negativos hacia ese jovencito con pájaros en la cabeza. En su momento creí que tenía que pitar, que tenia que seguir a los directores... (era mentira, pero yo no lo sabía entonces). Todos debemos luchar por nuestros ideales, y creo que en eso podemos coincidir la mayoría de los aquí presentes. Pero yo creo que esa autoproclamada "obra de dios" es una institución dañina. Eso no impide que conozca personas en esa "obra" que SÍ SON admirables (tengo para mí que son buenos "a pesar de la obra"). Y tengo el privilegio de poder llamar amigos a alguno de ellos. Aunque ambos sabemos nuestras respectivas posturas sobre "Casa". Hace poco me reuní con uno de ellos, con quien compartí años de "vocación", y tratamos nuestras diferencias con respeto y cordialidad. Pero tengo claro que él y su familia son más la excepción que la regla.

En todo caso, no era ése el tema que quería tratar hoy. Es que gracias a Opuslibros he sido capaz de perdonar a mi "numerario interior", y reconciliarme con él. He recuperado mi alma, y he podido empezar de nuevo. Y estoy muy contento por ello, y me gustaría hacéroslo saber. Yo no tengo una obsesión sobre el Opus Dei (discúlpame, Canasta, por contradecirte), sino que pongo aquí mi testimonio por si a alguien le sirve, al igual que -entiendo yo- muchos y muchas de los que participamos en este foro. No lo veo como obsesión, sino como prevención, reivindicación y liberación, como acto de justicia. Y como ejercicio de mi libertad de expresión, que es un derecho que personalmente valoro mucho.

Y la recuperación de mi alma no ha sido fácil, como podéis suponer: muchos lo sabéis por propia experiencia. Pero ya está, y me alegro. Me alegro muchísimo. He entrado en contacto, desde mi actual agnosticismo, con otros movimientos de la Iglesia, y he compartido sus proyectos, y he servido y he luchado. Y desde mi visión personalísima de las cosas, he recorrido el Camino de Santiago y he palpado otra espiritualidad, y he regresado. No me pidas que, hoy por hoy, comulgue con la Iglesia institucional. Necesito más tiempo. Pero, como decía el otro: "Dios sabe más".

Y no cometeré la blasfemia de decir que hago "Su Obra".

Pero ¿sabes qué? Soy un buscador, y ahora sí: ahora estoy en el buen camino. No sé dónde me lleva, pero estoy seguro de que es un lugar mejor. Sin duda, mejor que el lugar del que vengo. Eso no lo dudes.

Y ¿sabes otra cosa? Ahora podría decir, sin rubor, eso tan bonito de "Pax, in aeternum". Pero no me da la gana. Porque "esa" paz ya no la quiero.

Lobisome