Estos días, hasta el 30 de junio, está teniendo lugar en la casa de retiros cercana al pueblo de Miraflores de la Sierra (Madrid) una convivencia para supernumerarias de toda España que tienen encargos de recibir charlas (encargadas de grupo y celadoras). Se supone que para transmitirles las "nuevas directrices" sobre cómo llevar charlas que, aunque no se reconozca, parecen haber sido impuestas por el Vaticano tras la investigación de la que ha informado Opuslibros y que, se supone, implican la prohibición de que la persona que recibe la dirección espiritual (por ejemplo, la celadora) pueda desvelar el contenido de esa charla o confidencia.

Para las personas que hemos estado largo tiempo en la Obra (en mi caso más de 15 años como numeraria y varios años en un consejo local) resulta muy difícil de creer este cambio. Por ejemplo, una supernumeraria al hacer su charla con la celadora de su grupo (cada vez con más frecuencia otra supernumeraria, teniendo en cuanta el número menguante de numerarias y el alto porcentaje de enfermas mentales entre las numerarias en centros de san Gabriel), abre su alma y cuenta que está tomando píldoras anticonceptivas o que no está viviendo adecuadamente la "entrega matrimonial". ¿Significan las nuevas directrices que esta supernumeraria-celadora (receptora de esa confidencia) no puede contarlo al consejo local y/o a la directora del centro, ni siquiera al sacerdote?

Personalmente no me lo creo, para el Opus (al menos como se ha concebido en los últimos 50 años) es imposible funcionar así. La información de fuero interno, de conciencia, es la clave de todo el gobierno/control del Opus respecto de sus miembros. ¿Cómo harán las directoras para escribir sus informes de conciencia para las diferentes incorporaciones, cambios de centro, cambios de ciudad, etc? ¿De qué se va a hablar en los consejos locales? ¿A qué se van a dedicar los ejércitos de directoras y oficiales en las delegaciones y asesorías?

Saludos,

Diamante